Llorar toda una vida, es algo realmente triste, no puedo seguir asi, realmente no puedo, ya es tiempo, necesito seguir adelante, necesito ser feliz.
Esto es lo que pensaba May Sanders, una chica la cual su infancia fue una pesadilla, y ahora inte...
Los gritos volvieron, creo que me desacostumbre a todas las peleas en casa, me senté en la entrada, la puerta estaba abierta y yo sentada viendo a la calle. O cierto cambiaron la puerta, es una similar a la que teníamos, una de cristal.
Tal vez las ansias de que la carta estuviera a punto de llegar, me distrajo de lo que estaba pasando dentro de mi casa,estuve bien hasta que mi padre llego ebrio empeorando la situación, entre a mi casa intentando calmar a todos, pero eso no ayudando en mucho. Dylan empezó a llorar, mientras que Julie, Ana y mis padres se gritaban, mientras que yo trataba de calmar a Dylan, gritándoles a los demás, por lo que Dylan no dejaba de llorar.
-¡Basta!- grito Ana, nadie se detuvo solo bajaron el ruido de los gritos, hasta que el ruido del timbre resonando por la casa los paro, mi padre camino hacia la puerta, hablo un poco, Juls tomo su bolso indicándonos que ella saldría, caminando así hacia la puerta , moviendo a mi padre a un lado, así yendo con su novio a quien sabe donde, ya que no nos dijo nada.
-May es un sobre para ti- Música para mis oídos, corrí hacia mi padre quitando-le el sobre entre sus manos y viendo la dirección, "Londres, Inglaterra..." era la escuela, abrí rápidamente el sobre sacando la carta dentro, entonces los nervios se fueron apoderándose de mi, ¿Que pasaría si no aprobé, si no me aceptaban?, tendría que ir a la universidad que mi padre desea, y escoger la carrera que el desea. De la nada ya no abrí la carta, seguía doblada entre mis manos, camine con apuro a mi habitación, cerré la puerta tras de mi y me senté en la cama teniendo la vista fija en la carta.
Se escucho un golpe en la ventana, deje la carta debajo de una almohada y voltee viendo a Jack atrás de la ventana, otra vez se había subido por el árbol, ese hombre realmente estaba loco, abrí la ventana dejándolo pasar-Algún día te vas a caer y te romperás algo-
-Y tendrás que ir a rescatarme, si me desmayo me darás respiración boca a boca y así estaré bien, por lo que arriesgarme vale la pena- A veces puede sonar tan arrogante, pero me divierte tanto, que siempre puedo pasármela bien con el.
-Eres un tonto, mis labios jamas tocarían los tuyos- me senté nuevamente sobre mi cama, el levanto la ceja, abrió un poco su boca y se coloco frente a mi, trague saliva, y lo mire directo a los ojos -Jamas los tocaran-
-¿Estas segura de ello?- No, no lo estaba pero que mas podría decirle, asentí intentando no negar con la cabeza, pero el se empezó a acercar hacia mi, tanto como no hubiera pensado, pero mi cuerpo no se hizo para atrás, solo cerré los ojos, y en unos pocos segundos sus labios rozaban sobre los míos, solo había una poca distancia entre ambos, perdí la cordura, subí mis manos a sus mejillas haciendo que el pequeño espacio entre nosotros dejara de existir, empezando con unos movimientos lentos sobre sus labios, hasta que se volvió mas pasional.
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Me fui recostando en la cama y el se coloco encima de mi sin aplastarme, juro que no sabia que hacia, pero si lo que quería y eso era estar con el mas que nada en el mundo, le quite su camisa arrojándola a un lado, volvió a juntar nuestros labios, ambos estábamos deseosos, el alejo una almohada que estorbaba sintió algo porque se alejo un poco sentándose, me senté igual -¿Pasa algo?- el levanto su mano y vi que tenia la carta-Oh eso, déjalo no es nada- volví a acercarlo a mi haciéndonos hacia atrás.
