La cuidad

19 1 0
                                        

Un mes antes...

Su visión no era muy perfecta que digamos.

La gente pasaba muy rápido; empujándolo a cada rato, dejándolo atrás.

Apenas si podía ver como se iba aquella camilla.

Gritaba con mucha desesperación.

Sus ojos estaban concentrados en aquella persona tan especial. Tantos empujones y ajetreos hicieron que Christian cayera el piso.

Se levantó con un sobresalto en la cama. Su respiración estaba muy alterada, el corazón le latía con mucha fuerza y le escurrían pequeñas gotas de sudor.

- Otra vez esa pesadilla -

Cerró sus ojos con la esperanza de que aquella imagen se le borrara de la mente. Trato de controlar su respiración hasta haberla disminuido a lo más mínimo.

Se puso en la orilla de la cama para poder observar su habitación. Un cuarto blanco con pequeños focos que alumbraban, televisión que se convertía en un cuadro de pintura cuando él lo deseara, a su lado un closet con toda su ropa y un pequeño estante donde tenía varios libros y objetos de valor personal.

Bajo por las escaleras y allí fue donde se encontró con su padre.

- Buenos días - Le dijo Christian.

Su padre no respondió en lo absoluto.

- ¿Papá? - Lo tomo del hombro y este sobresalto.

- Hola... hijo - Se levantó para ponerse una chamarra - Luego nos vemos. -

Christian tomo un vaso con leche y se dispuso a seguir la rutina que tenía puesta en el refrigerador.

- Hola mi amor - Su madre apenas estaba bajando de las escaleras cuando lo saludo.

- Hola... ¿Sabes que le pasa a papá? - En el rostro de ella se dibujó una mueca de confusión.

- No tengo idea - Christian bajo la mirada una vez que escucho eso - De hecho esta así desde ayer -

                                   -

La ciudad de Benet era un lugar muy poblado, tenía todo lo que una ciudad contaba: Centros comerciales, iglesias, transporte, centro de agua, escuelas, aeropuertos, electricidad, parques, entre otras cosas.

La gente visitaba mucho ese lugar por sus centros turísticos: Grandes rascacielos nunca antes vistos, con formas oscilatorias y largas, un clima de lo más fenomenal, monumentos espectaculares y varios corredores subterráneos de los cuales los turistas visitaban más a menudo.

El tren que estaba situado en la ciudad recorría gran parte de ella, sus autobuses eran veloces y no contaminaban en lo absoluto; había mucha vegetación, lagos transparentes que si te acercabas a uno podías observar el fondo y a las criaturas que habitaban. Un puente parecido al del Infinito, Stockton-On-Tees, Reino Unido, que conectaba con la otra parte de la ciudad. Gran parte de las estructuras estaban construidas con un metal muy resistente y con varios vidrios al rededor.

El caminar ya no resultaba tan fastidioso, la gente ya tenía mucho más facilidad de transportarse. Habían teleféricos, los autobuses ya eran más rápidos y con mayor capacidad de pasajeros, el tren al que llamaban "MTR" era de una nueva tecnología, ya no necesitaba ruedas como las que muchos conocen, ahora solo con la fuerza el aire avanzaba por los carriles, haciendo que el viaje fuera menos turbulento, y los asientos mucho más cómodos y más largos que antes.

                                    -

Christian esperaba en la parada del bus que lo llevaría a la avenida "Yers", esto para poder ir a la escuela.

Enfermedad CH-42Donde viven las historias. Descúbrelo ahora