Capítulo I

41 1 0
                                    

– ¡Estoy suuper ansiosa por que llegue mañana! –Chilló Dina.
Dina ha sido mi amiga desde el kínder, cuando me salvo de ser golpeada por Christi «la niña mala» por no querer darle mi sándwich de mermelada, recuerdo a Dina parándose entre Christi y yo, gritándole que si no me dejaba en paz les diría a todos que se había orinado en gimnasia era demasiado para Christi así que se alejo con una mirada furiosa hacia los juegos. Ella fue la típica chica popular porrista con largo cabello rubio-blanco, con ojos grises y una figura envidiable pero con cerebro.
Yo era un poco-muy diferente a ella, con cabello castaño rojizo ondulado, ojos azules, altura de 1.67 aproximadamente y mi figura es la adecuada si, pero nada especial.
– ¡No me lo recuerdes o me voy a arrepentir! –le advertí
– Ni siquiera lo pienses, mañana vas a perder la virginidad aunque tenga que drogarte –contraatacó
– No lo harías
– Rétame
– Ok, ok ya basta, vamos a pasar un buen día de compras si –termine estoy cansada de tener estas peleas en toda esta semana.
Mis amigas no pueden superar él hecho de que a mis veintiún años aun sea virgen después de haber tenido una relación de tres años que fue la más larga y tortuosa de mi vida y no es como que haya tenido muchas, pero Trent por Dios solo estaba con él para no estar sola y porque su padre era él jefe del mío, intento acostarse conmigo un par de veces, pero no me sentía atraída en lo más mínimo por él. Peleábamos por eso hasta que se rindió.
Ya no volvimos a pelear, así que lo aguante por mucho tiempo hasta que… lo encontré con Christi (la niña mala que ahora era la perra rabiosa) a mitad del acto en él gimnasio del instituto en mi último año.
No quería hacer una escena pero ODIO A CHRISTI por lo que sacrifique mi jugo de arándanos lanzándoselo en la cara y después les dije a ambos un par de maldiciones, bueno más bien grite, salí del gimnasio y juro que jamás me había sentido tan aliviada a pesar de que me engaño él maldito.
Después de lo que le hice a Christi pensé que me dejaría tranquila, estaba tan equivocada, como en cualquier instituto los chismes corren rápido y mi ruptura (traición) con Trent voló, pronto todos lo sabían y Christi se aprovecho de eso para vengarse, le dijo a todo él mundo que Trent no quiso tener relaciones conmigo porque me olía mal ahí y él había tenido lástima por mi, que por eso no me dejó antes.
Y por supuesto le creyeron a Christi, su estúpido rumor hizo que ningún otro chico en él instituto Pember se atreviera a invitarme a salir, gracias al cielo no tuve que aguantar mucho ya que la graduación llego y Dina y yo nos fuimos a la misma universidad.
Ahí conocimos a Vera, Camil y Sarah en nuestra clase de botánica, Vera; una castaña alta de ojos verdes, es nuestra guardaespaldas la chica sabe pelear. Camil; una rubia que se encuentra por encima del metro ochenta con ojos grises y la alegre del grupo. Sarah; rubia teñida con mechas azules y la más baja de todas, pero es súper inteligente y te convence con una palabra de hacer lo que quiere. Pasaba él tiempo con ellas o con mis tareas por lo que no volví a salir con nadie más.
– ¡Chicas vengan acá!¡ahora! –grito Dina desde los estantes de atrás.
Vera , Camil y yo que estábamos juntas corrimos hacía Dina, Sarah ya estaba ahí y Dina sostenía un extremadamente corto vestido azul lleno de lentejuelas con un profundo escote.
Todas jadeamos al mismo tiempo cuando lo vimos.
– Este es para mi chica V –dijo Dina, tendiéndolo hacía mi.
– No se si pueda usar esa diminuta cosa –señalo él vestido.
– Ay. Por todos los chicos sexis, no te pongas difícil ahora Calsey –dice Vera rodando los ojos.
– Sí. Calsey lo prometiste, nosotras elegiríamos –me recordó Camil. Debo admitir que tenia un punto ahí.
– Ya chicas vamos a relajarnos, ¿Ok? Dejen respirar a Calsey –Sarah llego a mi rescate.
Todas tomamos una profunda respiración, pero sabia que ellas tenían razón yo me metí en esto, ahora no me queda nada más que seguir adelante, así que tome él vestido y fui a un probador.
– ¡Oh. Mi. Dios!¡No lo creo! –grito Camil cuando salí, las demás gimieron al unísono tapándose la boca con las manos.
Debo decir que no se sentía nada mal el vestido, me volteé hacia él espejo, mi boca cayó abierta por toda la piel que mostraba, apenas me tapaba lo necesario, no hay manera en él infierno que salga a la calle con este pedazo de tela.
– Sin duda este es –anunció Dina, y todas aplaudieron.
Tomé de nuevo una profunda respiración para tranquilizarme y aclarar mi mente para recordar porque hago esto.
– Bien, ustedes ganan ¡Este es! –digo rendida, todas se abalanzaron sobre mi en ese momento y yo quería llorar, solo esperaba que esto acabara lo más rápido que fuera posible.
– Sí, solo nos faltan los zapatos y ¡Listo! –dijo Camil, y todas la siguieron. Por. Favor. Que. Termine.
‡‡‡
En la cama me di vuelta sobre mi costado suspirando cuando empezó a sonar la alarma.
La estaba apagando cuando Dina entro en mi habitación gritando y apretándome en un asfixiante abrazo de oso.
– ¡Feliz Cumpleaños Calseeeey! –chillo en mi oído mientras me abrazaba, reía alegremente y no pude evitar hacer lo mismo.
– Son las 7:01 oficialmente tienes veintidós, nena –continuó – no te asustes vi tu acta de nacimiento y memorice la hora –siguió riendo.
– Dios Santo, eres una exagerada –rodé los ojos
– Pero así me quieres ¿No? –dijo con un puchero que me hizo reír.
– Si, Dina lo sabes, eres mi mejor amiga. Te quiero –la abrace más fuerte
– Vamos a hacer como que eso no nos ofende –se quejó Sarah entrando en la habitación con Camil y Vera.
– ¡Feliz cumpleaños! –deseo Camil agarrando mi cara y plantándome un beso en cada mejilla, la siguieron Vera y Sarah, todas sentándose en mi cama.
– También las quiero a ustedes chicas, A TODAS, son la mejores –me levante para tomar impulso y tumbarme encima de todas.
Después de recibir algunos regalos e ir a desayunar, todas fuimos en él Taurus de Vera a la universidad con «Twenty two» de Taylor Swift a todo volumen, cantamos lo más alto que podíamos repitiéndola hasta llegar.
Al salir del auto todos nos miraban porque bajamos riéndonos a carcajadas por lo que nos tropezamos muchas veces, pero no nos importó, nos dirigimos abrazadas a nuestra primer clase que era la de Biogeografía.
Cuando llegamos aún bromeando y riendo la clase ya había empezado, todas las cabezas se giraron en nuestra dirección y la profesora Wilke nos dio una mirada de muerte.
– Señoritas, tomen asiento y dejen las bromas para después. Llegan tarde.
– Lo sentimos Srita. Wilke.
Las cinco nos dirigimos a nuestros asientos de siempre y pasamos él resto de la clase tomando notas para él próximo examen que vale un tercio de nuestra calificación.
– Bien, necesito que hagan un ensayo sobre todo lo que han aprendido en clase durante este semestre, lo harán en parejas para la próxima semana.
Al oír la palabra parejas Dina me sujeto la mano y me sonrió.
– Una cosa más, yo asignaré las parejas.
Todos murmuraron en desacuerdo, pero a la Srita. Wilke no le importo y comenzó a asignar las parejas, todas mis amigas ya tenían un compañero así que perdí las esperanzas, fui la última a la que llamó pero no quedaba nadie más.
– Calsey Ford, tu compañero él Joven Evans vendrá mañana es un intercambio de Alaska así que tendrás que ayudarle un poco, él ya recibió los temas, no te preocupes por eso. Bueno chicos la clase término los veo mañana.
Salimos de la clase con menos entusiasmo de como habíamos llegado, íbamos en silencio hasta la cafetería a sentarnos a nuestra alejada mesa de siempre.
– ¿En serio? ¿Un intercambio en él último semestre? –dijo Camil con incredulidad.
– Tal ves él chico este huyendo de un asesinato –propuso Vera
– Por Dios Vera, deja de estar viendo películas de acción. Ya te lo dije –la regaño Sarah
– Lo siento, lo estoy intentando –Vera se encogió de hombros.
– Él va a ser tu compañero Calsey, quizá sea caliente –Dina levanto las cejas.
– Por favor –resople
– Bien, Pero hoy nos vamos a divertir chicas –todas gritaron (Sí) y levantaron sus bebidas chocándolas.
Al salir de clases en la tarde fuimos a un spa para luego ir a vestirnos al apartamento que compartimos Dina y yo, nos pasamos tres horas arreglando nuestros vestidos y peinados.
– Un poco más de rímel y… ¡lista! –Anunció Vera jalándome hacia él espejo– ven mírate.
Me paro frente al espejo de cuerpo completo, él vestido ya no me parecía tan corto con los tacones a juego de 10cm, mi cabello rizado cayendo junto por mi hombro derecho, y él mínimo de maquillaje que había permitido que me pusieran hacía una gran diferencia, me veía… sexi. Y me sentía así.
Me volteé hacia mis amigas con una sonrisa de aprobación y ellas me miraban en shock.
– Jodido infierno, apuesto millones a que hoy vas a conseguir a alguien que te folle –bromeó Sarah, yo gemí, nunca había oído hablar vulgaridades a Sarah.
– Sí, seguro como él infierno que mañana ya no eres virgen –dijo Vera empujándome hacía la puerta.
– Bien, chica sexi. Vamos a corromperte –Dina dijo dándome una palmada en él trasero.
– ¿Qué mierda Dina? –grité, todas rieron viendo mi expresión.
– Acostúmbrate querida, muchos van a hacer eso en él club –advirtió Camil, y volvieron a reír cuando palidecí.
A las 9:15pm salimos de apartamento. Tomamos un taxi, él nerviosismo empezó a apoderarse de mi mientras avanzábamos, todas iban retocándose él maquillaje y yo no podía ignorar él golpeteo irregular de mi corazón, entrelace mis manos sudadas en mi regazo para que dejaran de temblar y solté un largo suspiro.
– Eh, tranquila Cals, vas a estar bien –Dina me sonrió
– Si te sientes demasiado incomoda puedes decirlo, y solo nos divertiremos –dijo Sarah agarrando mi mano y dándole un apretón, asentí.
– Oh, ya llegamos –anuncia Vera con la cabeza en la fuera de la ventanilla.
Bajamos del taxi frente a un edificio muy moderno lleno de posters de cervezas, sobre la entrada estaba un letrero con luces de colores con las iniciales «THH (The Hot Hell)» y estaba protegida por dos enormes guardias de seguridad.
– Miren hasta los guardias son calientes –chillo Vera
– Dios Vera, tranquiliza tus hormonas –gruño Camil
– Camil, necesitas un polvo, querida –replico Vera
– Ya chicas, venimos a divertirnos no a pelear –dijo Sarah.
– Bien ya gatitas, vamos –ordeno Dina
Las cinco caminamos hacía la entrada, esperamos unos minutos en la cola y después de mostrar nuestras identificaciones al fin estábamos dentro.
Él lugar se miraba inocente desde afuera, pero ahora entiendo lo del infierno, había un millar de personas bailando y bebiendo lo que hacia que hubiera un calor de unos 35° estaba oscuro iluminado únicamente por las luces estroboscópicas rojas, me empujaron unas diez veces, me pisaron cinco y un par de tipos me apretaron él trasero.
Finalmente llegamos a la barra todas pidieron de inmediato.
– Y tú ¿Qué quieres, muñeca? –preguntó él barman
– Uh…
– Ella quiere un tequila –contesto Dina por mi.
Él barman me sonrió y se fue.
– Y bien ¿Qué te parece? –preguntó Dina
– Una locura –respondí riendo, la verdad es que no era tan malo como pensaba, estaba dispuesta a disfrutar de esta noche y a cumplir mi propósito.
– Esa es la idea, hacer locuras –me guiño un ojo.
Él barman regreso con nuestras bebidas, hicimos un circulo con nuestras bebidas y la chocamos.
– Por Calsey y su virginidad –grito Vera, me sonroje por la mirada de las personas que estaban alrededor. Deslice él tequila por mis labios, estaba frío y quemó mi garganta lo que me hizo hacer muecas, pero me sentí más relajada.
Todas nos echamos a reír con él primer trago, nos lo acabamos y pedimos una segunda ronda, al terminar mi tercer trago Camil me llevo con ella a la pista de baile, que si fuera posible se encontraba más llena que cuando llegamos.
– Solo déjate llevar, Calsey
– Eso hago, Camil
Relaje mis hombros y me moví al ritmo de la música, era un mix de hip hop con pop. Pronto las demás se unieron, llevábamos media hora bailando y empezaba a sentirme mareada así que les dije a todas que iba a tomar un respiro, me dejaron ir haciéndome jurar que volvería.
Iba tratando de abrirme paso entre la multitud cuando choque con un hombre regordete que hizo que mi pequeño cuerpo saliera disparado hacía atrás, solo pensaba en la vergüenza de caerme en medio de un club entonces sentí un fuerte agarre en mi cintura que me puso sobre mis pies, al voltearme me tope con dos divertido ojos grises claros, me quede petrificada ¡Oh MI DIOS!
– Wow. Debes tener más cuidado de con que gente chocas –dijo él chico, él era alto 1.85 tal ves, pelo rubio corto y se notaba que estaba en forma, de pronto mi estómago se apretó y sentí calor agruparse dónde nunca antes lo había hecho.
– Gracias, lo tendré en cuenta –murmure avergonzada bajando la mirada
– ¿Vienes con alguien?, no deberías andar tu sola con este montón de gente.
– Si, con mis amigas, solo iba a refrescarme.
– Oh. Claro, entonces ¿Puedo acompañarte?
– Uh… si quieres
– Bien, vamos –dijo poniendo su brazo alrededor de mi cintura mientras nos hacia pasar a través del mar de personas, agradecí que no me viera porque estoy segura de que estaba totalmente roja.
Salimos de la pista de baile y me llevo a la barra.
– ¿Quieres beber algo? –Pregunto sonriendo, su sonrisa causo un tirón en la boca de mi estómago.
– Um… no se si deba aceptar bebidas de extraños –digo lo que hace agrandar su sonrisa
– No te voy a hacer nada, lo juro –prometió con un tono más serio.
– Uh, esta bien –cedí
– Hey, dos cervezas –le ordenó al barman, que me miro más de lo necesario mientras le lanzaba una mirada fulminante a la espalda de mi acompañante
Mientras las bebidas llegaban tuve tiempo para mirarlo mejor, llevaba una camiseta gris que marcaba los músculos de su pecho y brazos, unos pantalones desgastados y botas negras, era sin duda él hombre más guapo que había visto, mientras admiraba su perfil se voltea y me atrapa viéndolo, sonríe y bajo la mirada avergonzada.
– Así que… ¿Cómo te llamas? –Pregunta él chico cuando termina de ordenar
– ¿Um?
– ¿No quieres decirme?
– No, no es eso...
– ¿Entonces?
– Primero tú –ofrezco
– Ok, soy Colton –dice tendiendo su mano hacia mí
– Un gusto, Colton –digo agarrando su mano, se sentía cálida y grande comparada a la mía, su contacto envío calor por todo mi cuerpo ruborizándome más si eso es posible
– Ahora tú –ordenó sin soltar mi mano
– C-Calsey –murmure
– ¿Calsey? Es un gusto también –su voz era más ronca y me sobresaltó.
– Aquí están sus bebidas señor –interrumpió él barman, asintiendo Colton tomó nuestras bebidas
– Aquí tienes –dice Colton dándome una cerveza
– Gracias –le sonrio agarrando la cerveza llevándola al instante hacía mis labios, bebo un trago largo dejándola a la mitad. Colton me mira alzando las cejas sorprendido
– Demonios, si que necesitabas refrescarte –mis mejillas se calientan
– Hay mucho calor –replico
– Si que lo hay –dice mirándome fijamente.
Otra oleada de calor pasa por mi cuerpo por lo oscuro de su mirada y ahí me doy cuenta quiero que sea él quién me quite la tarjeta V.
Agarro mi cerveza nuevamente pero la suelto al instante al sentir lo caliente que esta, frunzo el ceño.
– ¿Qué pasa? –pregunta Colton levantando una ceja con una media sonrisa que deja me sin aliento
– Tan caliente –digo sin pensarlo, siento que mi cara se sonroja por él error que cometí, él me mira y levanta ambas cejas.
– Digo que estas caliente, no digo, la cerveza. Esta caliente –Estoy hablando rápido y de pronto estoy tan nerviosa que me dan nauseas
– Mm… si muy caliente, deja te pido otra –niego con la cabeza
– Ya he bebido bastante
– Esta bien, yo pediré otra –le hace un gesto con la mano al barman
– Creo, que debería irme –digo levantándome, pero sigo nerviosa así que cuando me levanto tropiezo con mis propios pies y caigo sobre su regazo, él me agarra la cintura.
– Cuidado, bonita –me susurra en él oído y me estremezco
– Yo… l-lo siento –tartamudeo, él se ríe y me suelta, me paro de nuevo alisando mi vestido
– Colton, aquí estas, ya es hora amigo –un chico musculoso, con rizos oscuros alborotados dice apareciendo de la nada
– Como sea, ya te alcanzo –responde Colton mirándome todo él tiempo.
– Oh. Por supuesto –el chico me mira y niega con la cabeza antes de desaparecer tan rápido como llego.
Colton se voltea hacia mi con una mirada que parece ser de dolor.
– Lo siento Calsey, debo irme.
– Esta bien uh… ¿Vienes aquí seguido? –pregunto rápidamente, tal ves solo debería seducirlo para que se quede, pero no soy tan atrevida
– Uh. Algo así –responde mirando a otro lado, me golpeo mentalmente por hacerlo sentir incomodo tal vez no tenia intención de volver a verme
– Bien. Um. Debería ir a buscar a mis amigas —digo con el
deseo de que me pida que me quede.
– Esta bien — ¿Eso es todo? Bien creo que me equivoqué con él. Asiento de acuerdo.
– Bueno. Nos vemos Colton —me despido dandome la vuelta.
– Nos vemos Calsey —y con una inclinación se da la vuelta desapareciendo entre la gente.

Strip-LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora