Algunos los ven como a locos, nosotros vemos su genio. Porque las personas que están lo suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo... son quienes lo cambian.
Esta es la historia de diez chicos totalmente diferentes, que lidi...
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Mi nombre es Ethan Wells tengo 17 años y hoy empieza mi último primer día de instituto y cabe mencionar es en uno nuevo ya que tuve que mudarme desde de San Anselmo a Danville, eran las 7:00 am cuando sonó el despertador me levante con cero ánimos de ir al instituto me di una ducha rápida, cuando salí me miré al espejo y no pude dejar de notar que mi pelo castaño estaba mojado y mal puesto así que agarre una cepillo y me lo peina lo más que pude, tengo que aceptar que soy un poco guapo, tengo algunos músculos gracias a las pesas que mis padres me regalaron para navidad, si no fuera un completo perdedor que no tiene amigos podría llegar a ser popular, en mi anterior instituto solo era un perdedor que no tenía amigos ya saben lo típico solo me dedicaba a mis estudios y pasar un buen rato con mis padres, soy un poco torpe por lo que me gane muchas burlas en mi anterior instituto sufrí mucho de bullying simplemente por qué no era igual a los demás idiotas de mi edad, yo solo me la pasaba encerrado en mi habitación enterrado en mis pensamientos, nunca pude ser amigos porque además de torpe me consideraban extraño. En ese momento una voz me saco de mis pensamientos.
- ¡¿ETHAN YA DESPERTASTE?! SE HACE TARDE BAJA YA A DESAYUNAR- era mi mama llamándome a desayunar.
-¡SI MAMA YA BAJO!- me puse la ropa que ya había sacado y me dispuse a bajar.
Cuando llegue al comedor estaba mi madre preparando el desayuno, mientras mi padre leía el periódico en la mesa, me senté a esperar que me sirvieran.
-¿Estás emocionado, por tu último primer día de clase?- preguntó mi padre curioso.
-Un poco, tal vez- lo cual era mentira.
-Me alegro- dijo mi padre con una sus sonrisas motivadoras.
-Se que te irá muy bien este año, amor- interrumpió mi madre muy animada.
-Eso espero respondí yo.
Cuando termine de desayunar me despedí de mis padres y salí de la casa para caminar a la parada y disponerme a coger el autobús.
Narra Elizabeth:
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