Pasaron un par de días, todo transcurrió con la misma monotonía. No hay muchas cosas que valgan la pena rescatar. Excepto el dia de la primer clase de deporte, estábamos por jugar quemados, un juego estúpido en el que solo hay que lanzar pelotas y tratar de que no te toquen. Había iniciado la parte que mas odiaba, la selección de equipo. Dos compañeros fueron elegidos capitanes y se pusieron a seleccionar su equipo. Primero elegían a los mejores y luego a los que no tenían tanta habilidad. ¿Por que es que hacían esto? ¿Realmente era tan necesario tener un equipo con los mejores? ¿Acaso era tan importante ganar, en un estúpido juego? ¿Es que es necesario degradar de tal manera a los que no tenían habilidad? Siempre me preguntaba eso, creo que tenia mucho para pensar mientras esperaba a la interminable disputa de quien se quedaba conmigo en su equipo. De quien iba a tener que hacerse cargo de un jugador tan nefasto. De para quien iba a ir la desventaja. Odiaba tanto esos cortos minutos en los que esperaba a, que la decisión final, la tomara el profesor. A que, aquel ser portador de "autoridad" dijera a que equipo quedaba destinado. Yo sabía que él, también pensaba que yo era una desventaja, asique, siempre me ponía en el equipo donde estaban los mejores, para equiparar. Sentía el odio en la mirada de los chicos del equipo al que me mandaban, varias veces los escuchaba quejarse. Casi que estaba resignado a que eso pasara. El juego empezó, fue bastante ordinario, me quemaron a los dos minutos. Pero mi equipo ganó, aunque nunca me pasaron la pelota, por lo tanto no fue gracias a mi.
La clase había terminado y todos nos dirigimos al curso, mientras estaba caminando, alguien me hizo una zancadilla y caí de lleno al piso. La reacción era mas que obvia, todos empezaron a reír, a nadie se le ocurrió ayudarme. Me levante y entre las risas de mis compañeros, me fui al curso con la cabeza gacha. Mientras caminaba tuve el inevitable pensamiento de que todos eran unos malditos, fueron criados para descargarse de los problemas de su vida con una pobre victima. Es que en realidad, las personas siempre son asi, tienen la necesidad de abusar de una pobre victima para, asi, olvidar la realidad de su propia existencia, para asi, olvidarse de sus problemas y de sus miserables vidas.
El día continúo junto con la sensación de inutilidad que me habían dejado después del juego. Tuve tiempo para pensar un poco en uno de los recreos, nadie se daba cuenta del daño que me causaban con sus palabras agresivas, humillantes, degradantes. Me rebajaban a tal nivel que casi podía sentir a todas las personas pasándome por encima. Y allí estaba yo, tratando de soportar las cosas que me decían, tratando de no ceder, de no quebrar en llanto cada vez que me decían algo doloroso. Intentando no ser destruido por sus palabra. Estuve sumido en aquel pensamiento hasta que el recreo terminó. No había hecho mas que pensar lo que siempre pensaba, pero al entrar, al me sentí mas aliviado, esa nueva sensación perduro hasta mucho tiempo después.
Sonó el último timbre, el que indicaba que había que irse del colegio. Salí y me dirigí a casa, aun me sentía aliviado, pero, cuando llegue, inmediatamente después de abrir la puerta una oleada de gritos e insultos me perturbaron, al parecer mis padre estaban discutiendo, vaya novedad. Los eludí rápidamente y fui a mi habitación. Cuando entre, me tire en mi cama e intente dormir, pero no lo pude lograr, los gritos eran muy fuertes. Y por eso hice lo que siempre hacía, tratar de estar solo. Fui a la terraza del edificio, como de costumbre, a sentarme en soledad a pensar, allí estuve un par de horas, preguntándome ¿por que era que me pasaba todo esto a mi?¿por que era yo el que tenia que soportar todo esto?¿ por que no alguien mas?. De mi pensamiento me alejo el sonido de las campanas de la iglesia, siempre lo hacían, cada vez que las escuchaba sentía que dejaba de ser yo, sentía que estaba junto con los demás escuchándolas, me hacían sentir que pertenecía, que era uno mas, eran un alivio a mis pensamientos mas lúgubres, a pesar de una simples campanas que sonaban todos los días a las 6 de la tarde, podría decir que me sentía feliz escuchándolas. Eran la esperanza de mi vida, le daban sentido a mis días mas tristes, eran algo que tal vez, para los demás, no representaba nada, pero para mi lo eran todo. Tantos días me quedaba en la terraza esperándolas para poder sentirme bien conmigo mismo y ellas siempre sonaban, siempre me fueron fieles, desde la primera vez que las escuche, sonaron para mi, nunca me fallaron. Siempre me hicieron sentir alegría. Incluso aquel dia.
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Escuchando las campanas
Fiksi UmumNo entiendo porque estoy haciendo esto, me siento tan abrumado, no puedo pensar con claridad. Quizás, escribir, me ayude a relajarme. No entiendo cómo es que todo se pasó tan rápido. Me gustaría que me entiendas, pero para eso, deberías saber que e...