Acababa de salir de la piscina, y, en lo que me secaba con la toalla, recordé que momentos antes me habías informado que deseabas hablar conmigo. Quizás querías pedirme un consejo, pues tu rendimiento no había sido el mejor éste día, después de todo quedaste cuarto en el programa corto del Grand Prix Final.
—Por cierto, Yuri, ¿de qué querías hablarme? —inquirí, acariciando el anillo dorado ubicado en mi dedo anular, ese anillo que tú me diste hace poco en medio de una fría velada de invierno aquí en Barcelona, y que era igual al que llevabas en el mismo dedo de tu mano derecha. Ese preciado obsequio que me hizo inmensamente feliz.
Vi la manera en que apretaste los puños apoyados en tus muslos a tal punto en que tus nudillos quedaron más blancos de lo que ya eran. Sabía que aquel gesto era un mal augurio, pues siempre fuiste demasiado fácil de leer.
—Sí... —susurraste e hiciste una larga pausa embebida por mi ansiedad—. Acabemos con ésto tras la final.
Esas palabras me tomaron por sorpresa, y la repentinidad con la que las pronunciaste me dejó helado. Nunca pensé que fueras capaz de decirme algo tan hiriente sin siquiera darte cuenta. Pensé que eras inofensivo...
Un nudo se formó en mi garganta.
—¿Acabar con qué, Yuri? —intenté hacerme el desentendido y puse todo mi esfuerzo en esfumar las ganas de llorar que me invadieron para que no lo notaras.
—Etto... He visto cómo mirabas las presentaciones de los demás, y... Si de verdad quieres volver a la pista, yo... Yo no soy nadie para impedírtelo —tu mirada viajó tímidamente hacia mi mano, y cuando notaste la caricia que recibía tu obsequio, la apartaste de manera fugaz mientras un color rojizo teñía por completo tus mejillas.
Yuri, a veces dices puras tonterías...
¿En dónde quedó aquel "sé mi entrenador hasta que me retire" que me imploraste al rodear mi cuerpo con tus brazos en un abrazo lleno de desesperación cuando nos reencontramos en el aeropuerto? ¿Es que no lo recuerdas? ¿O es que piensas retirarte luego de la final?
¿Es que no recuerdas lo dependiente que me volví de ti?
Yuri, si me pides que te deje, ¿a quién voy a abrazar por las noches? Makkachin ya no es suficiente para mantenerme cálido...
—¿Por qué piensas que quiero regresar a la pista? —contesté.
Mi respuesta te orilló a levantar la vista inmediatamente, y me miraste directamente a los ojos.
Yuri... ¿Alguna vez te he dicho lo hermosos que me parecen tus ojos color café? Ésto sí que no lo recuerdo, ¿y tú? ¿Lo recuerdas? Aún si lo hicieras, volvería a recalcártelo un millón de veces, pero ahora no es el momento para ello.
Titubeaste.
—¿N-no, no quieres? —tu rostro pareció iluminarse por un instante—. P-pero... Los mirabas con tanta emoción, y p-pensé que q-quizás d-deseabas...
—Yuri —repuse serio, interrumpiéndote—, ¿no creíste que tal vez buscaba inspiración para elaborar más programas para ti?
Por favor, Yuri, pensé que ya te habías percatado de lo mucho que disfruto siendo tu entrenador, pero se me pasó por alto el hecho de que eres algo lento para éstas cosas.
Enmudeciste. Tu cara se tornó roja una vez más, presa de la vergüenza.
—Yo... No lo había pensado —confesaste, y tu cuerpo comenzó a temblar. Apretaste los puños una vez más—, lo siento, Victor, me precipité.
—Yuri —jamás me cansaré de pronunciar tu nombre—, seré tu entrenador hasta que te retires, ¿no lo recuerdas? Te lo he prometido.
—¡V-victor! —te cubriste totalmente abochornado el rostro con ambas manos, exhibiendo tu anillo. Y entonces recordé algo más.
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Don't you remember? ~ |Victuri|
FanfictionEs una pena que tú no te acuerdes de esa noche tan maravillosa, así como tampoco de otras cosas, pero no te preocupes, yo me encargaré de recordártelas una a una. » One-shot narrado desde el punto de vista de Victor Nikiforov «