Kibum se acostó de lado, separándose de mí y dándome la espalda, se aferró a la almohada y yo me quedé ahí, inmóvil, pensando si era buena idea romper de una vez por todas las reglas frente a él, decirle que me había dado cuenta que lo necesitaba como jamás había necesitado a alguien, a tal grado que mi cuerpo no había respondido a otros, además de que había sido capaz de mandarlo investigar con tal de saber todo sobre él, sin embargo, eso lejos de halagarlo podría asustarlo y más si supiera que había estado vigilando su edificio, por lo que preferí callar.
Cuando me di cuenta que estaba dormido le acaricié su brazo, me encantaba la textura de su piel; suave, tersa, delicada, lo acaricié con el dorso de mi mano, con las yemas de mis dedos, no se inmutó así que me atreví a pegarme a su cuerpo y lo abracé por la cintura, enterrando mi cabeza entre su espeso cabello y me perdí en su olor.
— No me dejes solo esta noche.
Lo escuché decir y me separé abruptamente de él, pero seguía profundamente dormido, entonces puse mi cabeza sobre mi mano para mirarlo, velando su sueño mientras la lluvia continuaba cayendo.
— Te necesito... no te vayas... las reglas, sí las reglas.
Ahí me di cuenta que estaba soñando conmigo, ¿acaso él también quería romper las reglas y no se atrevía?, tenía que encontrar la manera de hacerlo fortuitamente, al parecer, ninguno de los dos era capaz de quebrantarlas frente al otro.
*****
No me di cuenta cuando me quedé dormido hasta que sentí los tibios rayos del sol sobre mi piel, abrí los ojos y vi que seguía durmiendo, miré mi reloj y eran las diez de la mañana, me levanté con cuidado para evitar despertarlo y nuevamente decidí dejarle una nota, así que bajé otra vez a la oficina del gerente, tenía que seguir con mi teatro de desconocido para sorprenderlo cuando nos viéramos en la calle.
Escribí varias cosas y las borré hasta que encontré la frase que quería decirle: "Recuerda que después de la tempestad viene la calma, la vida es un equilibrio y no podemos ir en contra de eso", yo iba a darle el equilibrio que él necesitaba, ese que Woohyun no le daba. Regresé a la habitación y le dejé la nota sobre la mesa, lo miré unos instantes y después me fui.
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Por la tarde llegó Jess a mi departamento y me propuso que fuéramos al juego de los Gigantes, que era el siguiente lunes. Ella era gran fan de ese equipo, así que la abracé y le di un beso en la frente, sin querer me dio la idea perfecta para propiciar el encuentro casual con Kibum, recordé que Woohyun me había mencionado que él jugaba futbol americano en la preparatoria, así que seguro iría si lo invitaba, sólo esperaba que esta vez sí fuera con él.
Fui a mi recámara y primero hablé con mi contacto del estadio y le pedí cuatro pases para el palco familiar. Después le marqué a Woohyun, sonaba y sonaba, pero no me contestaba, estaba a punto de colgar cuando finalmente respondió.
— Hola Jong, ¿cómo estás? — contestó un tanto agitado.
— Bien, ¿y tú?, ¿interrumpo? — pregunté serio ante la posibilidad de que estuviera con él.
— No, para nada, ¿en qué puedo ayudarte?
— Quiero invitarte al partido de los Gigantes del lunes por la tarde, ¿puedes?
— Claro, hace mucho que no voy a un partido en vivo.
— Pues ya está, te regalo un pase doble para palco preferencial, te los hago llegar a tu oficina el lunes por la mañana.
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Libre hasta que tú apareciste • Jongkey [ADAPTACIÓN]
Fanfic► Segunda temporada de "¿Estás libre esta noche?" ◄ Kibum, en un afán por comprobar que sea verdadero amor lo que sienten y no sólo algo físico, repite la cuestión del primer encuentro, imponiendo tres nuevas reglas: Número 1: No mentiras Número 2:...