Tuyo.

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Ya era lunes y me encontraba en el aeropuerto de Londres, no tenía ninguna noticia de Kibum, no había respondido mis mails ni había podido comunicarme con él durante todo el fin de semana y mi preocupación había aumentado considerablemente, de sólo recordar lo que había pasado con Arin mi corazón se desgarraba y sabía bien que no podría volver a vivir lo mismo, esta vez sí moriría, así que me regresaría a Nueva Jersey para corroborar que Kibum estuviera bien.

Hice un último intento de llamarle mientras hacía fila para comprar el boleto y afortunadamente me respondió, mi corazón latió nuevamente tranquilo al escuchar su hermosa voz, le hice saber sobre mi preocupación y mi decisión, me dijo que no era necesario que viajara, después me complació el escuchar que ya había comprado la web cam, otra de las cosas nuevas y diferentes que experimentaría con él.

Regresé al hotel y cené, después subí a mi habitación y miré un poco de televisión, luego me dormí un rato para hacer tiempo a que fuera de noche en Seúl y poder, al fin verlo, aunque fuera por una simple cámara. El despertador sonó y me levanté de la cama, me conecté a la red justo a la hora que habíamos quedado y él ya estaba conectada, de inmediato lo saludé y después ambos pusimos nuestras manos sobre la pantalla del notebook, como deseaba estar junto a él y poder tocarlo realmente. Le propuse mi juego y casi al instante aceptó.

El verlo acariciarse mientras lo guiaba era una extraordinaria experiencia y lo suficientemente excitante para que yo me acariciara también, aunque deseaba que fuera su mano la que estuviera sobre mi erecto miembro en lugar de la mía. Lo vi llegar al orgasmo y yo conseguí el mío segundos después en tanto lo miraba con sus ojos cerrados y como su pecho subía y bajaba por lo descontrolada que se encontraba su respiración. Me dijo que se lavaría las manos, yo me subí el pantalón y fui a lavar las mías también. Al cabo de pocos minutos estábamos de nuevo frente a frente.

— ¿Cómo te sientes? — pregunté mientras me acomodaba en la silla.

— Relajado — respondió con una sensual sonrisa.

— Me encanta haber contribuido con eso — entonces deseé saber si ya había cumplido con su promesa — Kibum, no quiero arruinar el momento pero necesito saber algo que me está quemando — no podía imaginar que no la cumpliera aún — ¿ya terminaste con él? — pregunté serio.

— Sí, descubrí que andaba con otra, curioso, ¿no?, ambos vivíamos en una mentira.

— Lo sabía, por eso no quería que te tocara — exclamé sin pensar debido al entusiasmo que me dio al escuchar la noticia de su ruptura.

— ¿Qué dijiste?, ¿tú sabías que Woohyun tenía una amante? — dijo totalmente desconcertado — ¿cómo lo supiste? — añadió en tono de enfado.

— Un día lo vi en un restaurante, pero él no se dio cuenta.


Tuve que mentirle de nuevo, odiaba hacerlo, pero aún no sabía si podría ser capaz de entenderme, debía reconocer que mi comportamiento con él en un principio era frío y en ocasiones hasta cínico, porque no sabía bien cómo manejar esto, en cierto modo era nuevo para mí, así que no le había dado muchos indicios de mis sentimientos hacia él, además la forma en la que me había enterado era poco honorable, hurgando en algo tan personal como lo es un celular, otro delito más a mi lista de actitudes psicópatas.

Empezó a recriminarme y con toda la razón, así que le dije un par de verdades y se molestó más, al grado que se desconectó sin despedirse. Inmediatamente tomé mi celular y le marqué, pero cortó la llamada sin contestarme, volví a marcarle y me respondió el buzón, seguramente lo había apagado y mi corazón se oprimió, entonces comprendí que si supiera que lo había mandado investigar no me lo perdonaría, eso debía callármelo para siempre.

Opté por enviarle mails pidiéndole perdón de mil formas diferentes, explicándole más detalladamente mis motivos, agregándole frases que busqué en la red. Ahora no sabía si había sido buena idea callármelo, es que no era posible que ese imbécil todavía le estuviera haciendo sombra a nuestra relación y que hubiéramos discutido por su culpa.

Derrotado y casando me fui a acostar, tenía que levantarme tres horas más tarde para ir al aeropuerto por uno de mis socios que llegaría para la junta que tendríamos dos días después. De pronto, una idea cruzó por mi mente, Kibum y yo no podíamos estar enojados hasta que yo regresara, no tenía idea si era rencoroso y quizá ya no querría ir conmigo a la boda de TaeYeon, así que me levanté de nuevo y busqué por internet un boleto de avión para el primer vuelo que saliera rumbo a Seúl, después de una exhaustiva búsqueda encontré uno, pero, tendría que esperar un día y de inmediato lo compré.

Libre hasta que tú apareciste  • Jongkey [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora