Eres mi Luz. >{YoonMin}< *Terminada*

Capitulo2: El juguete

MinYoongi, mejor conocido como Suga, por su piel blanca y su sonrisa que a primera impresión daba la de un chico agradable e inocente, lo cual, solo era eso, una impresión que se alejaba un poco de la realidad.

Él es un chico muy serio y frío, algo flojo, y la opinión de los demás le importaba muy poco, el casi no juzgaba a nadie ya que los demás lee eran indiferente y mucho menos le importaba la vida y el sufrimiento de gente que no tenia que ver con el, por así decirlo era alguien muy antipático, nunca entendía el sufrimiento de los demás, y tampoco le importaba entenderlo.

Su físico era como ya se había dicho antes, es muy pálido, su estatura no era la más alta a comparación de sus amigos pero no era alguien bajito, era delgado, su cabello era una combinación de verde y azul, siempre ha tenido cierta obsesión con teñírselo.

El, por así decirlo, por más cliche que sonara, era el chico malo y rebelde de la escuela, junto con sus amigos Kim Namjoon, Jung Hoseok y Kim SeokJin, eran un grupo que siempre desobedecía cualquier orden, debido a la gran cantidad de dinero que tenían, expulsarlos no sería algo sencillo, y la escuela no era de las mejores en base a su seguridad con los alumnos.

Sus amigos para pasar el rato molestaban a los demás o causaban cualquier tipo de estupidez que pudieran encontrar, pero cada uno tenia un favorito, y claro, el favorito de Min era el pequeño JiMin.

Suga no sentía atracción hacia el chico, nunca habían mantenido una conversación sin golpes, bromas, o insultos de por medio, la verdad es que nunca se cansaba de hacerlo, el corazón frío de Min YoonGi no podía ser derretido ni con las lagrimas ni sollozos de JiMin, pero lo que más le molestaba era como el peli negro intentaba ser amable, le dirigía la palabra o intentaba ayudarlo aun sabiendo que algo malo pasaría, el pequeño cachorrito de YoonGi.

El pelinegro siempre le rogaba a Suga que lo dejara en paz, que ya no soportaba más golpes por parte de él y de sus amigos, que haría lo que fuera a cambio de paz, pero Suga no podía dejar que eso ocurriera, dejar a JiMin solo era deshacerse de su principal diversión en aquella institución. Ni las palabras del pelinegro ni siquiera su llanto lo hacía sentir un tipo de remordimiento hacia lo que él hacía.

Park Jimin era solo un juguete que el podía usar cuando se le diera la gana.