Siento la música en mi pecho y creo moverme, la observo desde la esquina y se que ella ha notado mi presencia
Ya tengo un par de horas en la barra, ya he perdido la cuenta de cuantas cervezas he tomado y todo mientras estudio la fascinante dinámica del sitio en el que me encuentro. La chica que me atiende en la barra me ha explicado, hasta ahora, que los clientes por lo general son los mismos; de todas las clases sociales, siempre y cuando puedan pagar las bebidas y los servicios "especiales" que ofrecen en el establecimiento.
-Ya entiendo porque la insistencia del portero con el "no quiero problemas allá adentro". Supongo que llega a ser un problema con los clientes nuevos que todas ustedes estén en ropa interior - le digo distraído mientras ella limpia mi sección de la barra.
-En ocasiones. Realmente tenemos más problemas cuando no entienden la dinámica de las chicas. Las caricias forman parte del servicio pero tienes que pagar por cada una de ellas - me dice de forma coqueta, haciendo uso de un pestañeo innecesariamente lento.
-He recibido al llegar una caricia de tu compañera y no he pagado la primera cerveza -le digo sonriendo, algo chispeado por la cantidad de alcohol en mi sistema que ya esta haciendo efecto.
-Ese ha sido un incentivo, te ha provocado, acaso no haz quedado con ganas de más? - me pregunta colocándome otra cerveza que no he pedido. - Supongo que si, pero hoy he venido por esto - le digo alzando la cerveza que acaba de darme.
Su nombre es Diana, la edad se la ha reservado, debe estar cerca de los treinta años, habla muy bien, quizás este estudiando. Conversa animadamente con todos lo que atiende en su sección de la barra, como si los conociera desde hace mucho tiempo y a cada uno les presta especial atención cuando quieren compartirle algo de sus vidas. Algunos son clientes recurrentes, a los que Diana les conoce toda la historia y para aquellos que son nuevos o viejos clientes que quieren pasarse de listos, hay dos hombres de dos metros en cada extremo de la barra interna dispuestos a encargarse de neutralizarlos inmediatamente.
El lugar no entra en la categoría de exclusivo, de ser así seguramente yo no estaría aquí, pero tampoco es un lugar de promedio a los que por lo general acostumbro a ir con mi clan. Se ve que es un lugar que no debe tener muchos años.
-Tienes mucho tiempo trabajando acá? - le pregunto a Diana apenas la tengo frente a mi para capturar su atención - Por qué lo preguntas? te parezco conocida? - pregunta con una sonrisa, el coqueteo es constante pero se que no es solo conmigo, es parte de su performance. -No, simple curiosidad - le digo sonriendo y girandome en la silla para darle la espalda a la barra.
Todo el tiempo que he estado acá sentado, he buscado sin éxito, a la chica que me hizo replantearme regresar a este lugar. He visto hasta ahora muchas similares pero que al mirarlas a los ojos me doy cuenta de que definitivamente no son ellas la que busco. El estar acá me ha distraído de lo que me espera en casa, sin embargo en ocasiones, vienen a mi cabeza flashbacks de mi última conversación con Maiah en la entrada de la casa.
-Hey Diana! - digo un poco mareado. Diana, que esta surtiendo el dispensador de sorbetes para los tragos, gira hacia mi pero no se acerca -Hey! ven, acercate, quiero preguntarte algo - siento la lengua pesada y con ganas de recostar la cabeza en la barra, genial! estoy ebrio. Veo como Diana le corta el paso al grandulón del lado derecho de la barra que me observa con cautela.
-Estas bien? - me pregunta Diana sonriendo -Si, las cervezas acá son fuertes - le digo soltando una risa. -Qué quieres preguntarme? - Diana limpia la barra frente a mi y mira al grandulón que esta atento supongo que a una señal de ella. Diana sacude la cabeza haciéndole un gesto de que lo tiene todo bajo control.
-Entré aquí por una chica, estoy buscando a una chica - le digo casi en susurro como si fuese un secreto.- No es buena idea que vengas a molestar a tus amigas en su trabajo - me dice sonriendo - No es mi amiga, no la conozco, la vi entrar acá por la puerta de servicio.
-Cómo es ella? - me pregunta acercándose y apoyando su codo derecho en la barra. -Tiene los ojos grandes y hermosos -le digo abriendo mucho los ojos y mirando hacia la nada por encima de su hombro izquierdo. Ella sonríe y me dice -es morena? rubia? pelirroja? necesito más información si lo que quieres es mi ayuda.
Me quedo en silencio, recordando quizás el resto de su cara. La cabeza me da vueltas -Necesito ir al baño - digo levantándome abruptamente, perdiendo el equilibrio. Me agarro de la silla para no caer y levanto mis dos manos, no se a quien, en señal de que todo está bien.
Levanto la mirada del piso en búsqueda de Diana pero ya no está a mi alcance. Tendré que averiguar por mi cuenta donde está el baño.
Camino entre la gente, achispado y con lo que parece una especie de sonrisa, veo a las chicas caminar y moverse al ritmo de la música y dentro de mi ebriedad recuerdo el protocolo de no tocarlas... Al fin logro ver una puerta que parece ser lo que busco y me dirijo hacia a ella con prisa.
Luego de unos minutos en el baño, con mi vejiga más desahogada, mi cara lavada y una bandita en mi frente, salgo a la pista para dar una última vuelta e irme del lugar. El ambiente parece haber cambiado, quizás estuve más tiempo del que pensé en el baño. Las luces ahora son en su mayoría rojas y azules cambiando totalmente la imagen del lugar.
Las luces se encienden en la tarima que vi al entrar y un grupo de tres chicas se encuentran en ella, dos en cada extremo y una en el medio. Me quedo observando como inician una especie de coreografía al ritmo de una música cadenciosa. Cada una lleva puesto un liguero en su pierna izquierda, cada uno de colores distintos, rojo la del extremo derecho, azul la del izquierdo y negro la del medio.
Me voy dejando llevar por la musica, moviendo principalmente mi cabeza. En una fracción de segundos en el que la pista queda por un lado vacía, logro ver a un grupo de camareras reunidas viendo hacia el escenario. Un hombre, que no parece ser del grupo de los grandulones, se les acerca para dispersarlas y quizás de mala manera a juzgar por la cara que ponen.
Cuando se van abriendo espacio para retirarse, me encuentro con sus ojos. Ahí está, vestida como las demás, con muy poca ropa, gris plomo también, con su piel dibujada por algunos tatuajes y con pose, tímida?...
Siento la música en mi pecho y creo moverme, la observo desde la equina y se que ella ya ha notado mi presencia.
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Hola chic@s! Gracias de antemano a l@s que han llegado hasta acá y se han tomado el tiempo para leer esta historia. Me gustaría saber sus opiniones ya que esta es mi primera vez en wattpad y me entusiasma un montón conocerl@s!
Espero disfruten lo que está por venir y si les gusta pueden darle una estrellita y compartir. Un abrazo a tod@s!
R. Dama
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Los Juegos Perversos
FanfictionEn Abel se han despertado los miedos y demonios que alguna vez pensó había dejado en su adolescencia. Cuando reconoce la existencia de ellos, su mayor deseo es ponerlos en manifiesto Historia basada en la canción "Wicked Games" de Abel Tesfaye Alb...