Ella Quedó en Casa

174 15 10
                                    

...Me sumerjo en su mirada, es inevitable...

La observo de arriba a abajo, desde lo que la distancia, y las luces de colores, me permiten; dirijo rápidamente mi mirada hacia la barra, buscando no se qué, y cuando giro nuevamente mi cabeza para reencontrarme con sus ojos, ya no está.

Trato de alzar mi cabeza por sobre la "multitud", no pudo irse muy lejos, acabo de verla, estaba a escasos metros de mi...

Regreso a la barra un poco menos achispado que cuando me fuí.

Diana! - le grito un poco más alto de lo que deseaba. Algunos de los clientes que se encuentran en la barra, giran hacia mi, mientras continúo exclamando -Diana! Diana!- agitando mis brazos. Ok, sigo achispado... y eufórico por mi reciente descubrimiento.

Diana gira y al ver mis gestos me mira con recelo sin acercarse. Observa de reojo a uno de los grandulones que se encuentra al extremo derecho de la barra...Vaya mierda, pensará que estoy fuera de control con las pocas cervezas que están en mi sistema. Respiro profundo y me estiro la camisa desde el pecho hasta abajo, me paso la mano por la cabeza, en un intento absurdo por arreglarme el cabello y hago un esfuerzo por parecer lo más calmado posible, aún cuando la excitación del momento me lo hace dificil.

¡La encontre Diana!,- le digo sonriendo. Ella me devuelve la sonrisa y yo boto fuerte el aire que estaba conteniendo en mis pulmones al ver que viene caminando hacia mi dentro de la barra.

¡Guao! que manera de recobrar la compostura-Exclama al estar frente a mi. -Por un momento pensé que tendría que pedir refuerzos para que se hicieran cargo de ti - me dice mientras limpia innecesariamente el sector de la barra donde nos encontramos.

Revoleo los ojos inconscientemente, miro a los lados y me acerco de frente un poco a Diana, bajando más mi tono de voz -La acabo de ver, acabo de ver a mi amiga- Ella levanta la mirada y con una sonrisa coqueta me suelta -Si realmente fuese tu amiga no estarías tan ansioso, pareces todo un adolescente - Me quedo en silencio, viendo hacias las botellas que están exhibidas tras Diana, pensando en una respuesta inteligente que no consigo. Siento el leve peso en mi espalda de alguien y cuando giro con el ceño fruncido necesito unos segundos para darme cuenta que era ella.

-Hola- le digo, con expresión sería... excelente campeón! Tu si que sabes romper el hielo, pienso sarcasticamente... Clava su mirada en mi y siento como desarma, en segundos, mis aires de "interesante" ---Hola, necesito tomar esas bebidas, hazte a un lado- Me dice, un poco obstinada, señalando a la barra con la bandeja que tiene en la mano derecha. -Pensé que tu trabajo es ser agradable con los clientes- le digo, sin pensarlo mucho, no me agrada el tono que usa, lo último que necesito es esa actitud de mierda; sin embargo me muevo un poco para abrirle paso, recordando el "No quiero problemas allá adentro" de la entrada.

Toma las bebidas y las coloca lentamente en la bandeja, por un momento observa a Diana, quien tiene una media sonrisa en su rostro, y luego se gira hacia mi preguntandome

-¿Tienes dinero?-

¿Es en serio?, pienso, debieron tener graves problemas con antiguos clientes para hacer esa pregunta parte de la experiencia de estar acá. Es eso o mi aspecto da mucho que desear... Me inclinaré por lo primero.

¿Qué?- le digo, -¿Necesitas que te preste dinero?- le digo con expresión ingenua tratando de hacerme el gracioso. Me observa, de arriba a abajo, casi de forma despectiva, definitivamente mi sentido del humor no es para ella. Se pasa la bandeja que lleva en la mano derecha para la izquiera, casi rozando mi cara con el borde. - ¿Quieres contarme lo que le paso a tu frente, mientras me siento en tus piernas? - fue directo al grano.

-¿Por qué querría compartirlo contigo?- le digo acercándome un poco más y con el ceño fruncido.

- Entraste aquí por mi ¿no?, me estabas buscando, me perdiste de vista y aquí estoy de vuelta-

Vaya... me quedo en silencio.

-¿Tienes dinero?-
-Mierda si! Si tengo! - digo levantando un poco la voz

Se saca de su costado, a la altura de las caderas una pequeña tarjeta color púrpura con un el número 1 grabado en ella. -¿Ves ese pasillo?- me dice levantando la mirada, dirigo mi vista al piso de arriba -Sube las escaleras y y esperame en el primer reservado de la derecha-

La observo de nuevo, lleno de morbo, por el aspecto juvenil que tiene y por la forma en que cree tener el control. Miro sus brazos pintados con tatuajes, sus labios, sus pechos...

- ¿Qué tanto piensas?
- En nada
-¿Te estás arrepintiendo?
-¿Eres nueva en esto?
-No me hagas perder el tiempo. Tengo que pedir de nuevo estas bebidas, ya no sirven, las pondré en tu cuenta por tenerme aquí parada en lugar de hacer lo que te digo.
-Si tendré que pagar por ellas me las tomaré - Y antes que de pueda decirme nada tomo lo que sería un trago de ron con hielo y uno de ron con Cocacola. Ambos de un sólo trago y siento en breve como llega a mi cerebro.

-Bien, ahora sube y esperame donde te dije.
-Me quedo observándola sin poder moverme, temo tambalearme.
-¿Ahora que sucede? Me dice de mal humor.
-No me hagas esperar. Le digo acercándome más a ella y mirándola a los ojos.
- ¿Qué pasa? ¿Tu novia te esta esperando en el cine? - me dice sonriendo.
-No, ella quedó en casa.

Me doy vuelta y me dirigo a las escaleras. Siento el ron haciendo efecto. Sin embargo, esta es la sensación que buscaba, por esto entré y también por ella, sobre todo por ella.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 28, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Los Juegos PerversosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora