Capítulo 11

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Pasaron los días y Juan estaba raro, distante, era lo que me esperaba, no le gustaba, me armé de valor para poder hablarle y dejar todo en claro, nunca le había dicho que me gustaba pero era obvio que alguna o alguno le llegó con el comentario.
Era la hora del almuerzo y alcancé a tomarle el hombro.

Francisca: Oye, ¿se puede saber que es lo qué te pasa?
Juan: Lo que pasa es que odio hacerte ilusiones Francisca, odio que te guste yo y no otro, odio que te haya gustado ahora y no antes cuando yo lo estaba de ti, eso es lo que pasa, ¿te quedó claro?
Francisca: Pudiste haberlo dicho, porque siempre es lo mismo, ilusionan, consiguen lo suyo y se van, claro, ¿es todo lo que tiene que decir? O quieres seguir con todo esto y dejarme mal ante nuestras amistades de que yo soy la que se hace falsas ilusiones si el único que dió pie a todo esto fuiste tú.

No aguanté y me fui, cómo siempre, cada vez que peleo con alguien que me importa mucho lloro, en eso siento que alguien me toma del brazo.

Francisca: Déjame, ya lo arruinaste, por favor déjame.
Martín: No soy Juan, soy Martín, Francisca me dices ahora lo que ocurre, pero primero vamos al baño.

No sabría que hacer sin él, lo es todo para mí, pero lástima que sólo lo veo cuando viene a recreación a mi ciclo, ya el otro año estaré con él.
Luego de secarme a lo que dominaría "lágrimas" porque fueron súper pocas, levanté mi mirada topándome con la de Martín, y ya sabía que era lo que quería.

Francisca: Te digo con lujo y detalle, o te digo lo preciso, ¿Qué prefieres tú?
Martín: Dime lo preciso, luego por Whatsapp me dices lo otro, porque l​a verdad me quedan 10 minutos para estar aquí contigo.
Francisca: Juan me dijo que odiaba hacerme ilusiones, que no quería seguir con todo esto y bla bla bla (pongo mis ojos en blanco)
Martín: Wowowow espera, ¿a caso está ciego? Porque así parece, mira lo que se perdió (toma mi mano y me hace dar una vuelta) mira ese trasero mamita, y esas curvas, una diosa en persona, además de simpática, es que el se lo pierde, qué decir de él.
Francisca: Para que me sonrojas, te amo, ¿te lo he dicho? Te amo mucho mi pollito, eres el mejor amigo que pueda existir.
Martín: Para eso estamos mensa, ya me voy, tengo que hablar con ya tú sabes quién, te amo (se acerca y me da un beso en la frente con un abrazo)

Lo que quedaba de día, pasó muy rápido, créanme para el colmo me tocaba matemáticas, un excelente día lunes, qué decir, lo único que quería era mi cama, en ese preciso momento la profesora me sacó de mis pensamientos y me preguntó cuál era la función lineal y lineal afín .

Profesora: Francisca dígame cuál o cuáles son las diferencias entre estas dos funciones.
Francisca: La función lineal pasan por el 0 lo cual la lineal afín no lo hace, ya que sus recorrido e imagen no se lo permiten.

La profesora creyó que no había escuchado, puedo ser estúpida pero no una imbécil.

*Soy nueva en esto, necesito más redacción, lo sé, ojalá siga creciendo, y que muchas lean esta historia:(*

Diario de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora