Carta XXVI

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¿Era acaso posible?
¿Era posible que sintiera celos de Anna?
Y es que ella había podido hacer lo que yo nunca pude.
Después de todo, yacía yo prisioneros de la timidez que me privaba de mi libertad, a la que llamó por tu nombre.

Cartas al silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora