Leire nerviosa por la cercanía de Agatha, no sabía que hacer, ni como actuar, se estaba poniendo muy tensa. Agatha por su parte disfrutaba, teniendo a Leire así, aunque sentía que quería algo más, pero no quería forzar la situación.
Ambas pensaban en que hacer, pero ninguna se atrevía a decir lo que estaba pasando por su cabeza.
-¿Por qué no soy mas valiente?- se cuestiono Leire. Estaba con la chica que quería, el ambiente era ideal y las ganas de acariciarla y romper el silencio que se había generado estaban, solo faltaba dar el paso.
El viento comenzó a soplar mas fuerte e hizo caer varias hojas sobre las chicas, Leire quito una que cayo sobre el pelo de Agatha, la iba a tirar al césped, pero se la quedo en la mano y empezó a jugar con ella sobre los brazos descubiertos de Agatha.
Agatha al ver a Leire, quiso imitarla, así que tomo una hoja que estaba suelta por ahí, así estuvieron un rato.
-Me gusta tu piel- Leire estaba concentrada recorriendo los brazos de Agatha con la hoja.
Agatha se detuvo, y tomo la mano de Leire donde portaba la hoja, y se la quito. Aun agarrando la mano de Leire, comenzó a pasarla por sus brazos.
-Me gusta que me hagas cariño- dijo Agatha, tratando de mostrarle a Leire la forma en que le gustaba.
Poco a poco las chicas iban interactuando, pero entre ambas se notaba que habían muchas cosas por decir, solo faltaba que alguna lo hiciera.
Leire sentía cosquillas en sus manos al tocar a Agatha, empezaba a desesperarse, su corazón estaba tan acelerado que creía que se le iba a salir del pecho, se detuvo, y se sentó, Agatha quedo extrañada.
-Me gustas mucho- dejo salir finalmente Leire, quien escondió su cara entre sus palmas. Agatha, dio un suspiro y acomodo su mentón sobre el hombro de Leire, la agarro de la cintura y dijo:
-Por fin lo dijiste-
Leire bajo las manos y vio como Agatha trataba de esconder su cara en su hombro, estaba ruborizada.
Leire se movió para poder abrazar a Agatha, era la primera vez que la veía, así de avergonzada.
-Si te pones así cada vez que te diga que me gustas, te juro que no dejare de decírtelo-
Agatha protesto, al escuchar las palabras de Leire.
-Te demoraste mucho, cuando pensabas decírmelo-
Ambas seguían abrazadas, Leire beso la frente de la bajita. Ya era tarde así que decidieron regresar. Nerviosamente, Leire tomo la mano de Agatha y se pusieron en marcha.
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Si te dijera lo que pienso
Short StoryLas personas suelen guardarse para sí mismos muchas cosas que deberían a veces ser dichas. Es el caso de Leire y Agatha. Mi primera historia.