Capítulo 2

11 1 1
                                    



El turno en la cafetería estaba siendo bastante estresante, ese día había más gente de lo normal, por desgracia; Solían gustarme los días tranquilos, en los que podías atender tranquilamente a cada cliente, e incluso hablar un poco con ellos, respirar tranquila, y contemplar la vida y sus detalles. En días como ese tenías que hacerlo todo deprisa y corriendo, los clientes también eran diferentes, al haber más gente, no tenías el tiempo necesario para todos ellos, por lo que se enfadaban y estaban bastante irritables. Las propinas, las cuales eran bastantes importantes también, al menos para mí, eran más escasas. Yo me encontraba limpiando una mesa llena de batido de chocolate gracias a unos gemelos traviesos y a sus padres que no podían controlarlos.

-¿Te puedes dar prisa?, quiero sentarme, ¿por esto te pagan?- Dijo un cliente trajeado, el cual parecía que no tenia paciencia alguna.

-Estoy limpiando la mesa lo más rápido que puedo, enseguida le dejo sentarse.- Respondí con una sonrisa falsa.

-No pienso perder el tiempo esperando a que termines, tú te lo pierdes, iba a dejar buena propina.- Dijo dándose la vuelta con aires de superioridad.

Uy si, tienes una cara de dejar propinas...Terminé de limpiar la mesa, cuando Astrid se acercó.

-No le hagas caso, ese tío viene casi todos los días, pero suele venir en tu descanso, ahora sabes de lo que te libras. Siempre viene con esa actitud de jefe del mundo. Algún día le voy a tirar accidentalmente un café hirviendo en la cara a ver si se le acaba la tontería.- Dijo realmente enfadada.

-En ocasiones me das miedo, recuérdame que no me meta contigo- Respondí riéndome.

-Como si no lo hicieras ya cabrona, bueno, voy a seguir a lo mío que al final el jefe nos echa la bronca- Dijo mientras se iba a atender a un cliente.

*Unas horas después*

El turno fue agotador, y con una miseria de propina. Habían ocurrido un par de altercados más, uno con Astrid y un cliente acosador, y otro conmigo en el que tuvo que intervenir el jefe para parar al cliente que se quería ir sin pagar.

-Estoy harta de este trabajo, enserio, si no fuera porque me hace falta para pagarme la universidad no lo hacía ni de coña- Dijo Astrid bastante irritada.

Estábamos de camino al supermercado en su coche, ambas necesitábamos comprar urgentemente, yo menos que ella, ya que no me podía permitir mucho, pero igualmente algo. No teníamos prisa, hoy era miércoles, lo que significaba que no tenía que ir a recoger a los niños de la vecina de hípica, por suerte.

-Yo igual, y menos mal que no tengo que soportar a esos niñatos hoy, son muy malcriados enserio, siempre hablando de lo "mucho que les falta" pero nunca mirando lo muchísimo que tienen.- Dije poniendo los ojos en blanco. –Los odio, enserio-.

Cuando llegamos al supermercado bajamos del coche y cuando iba a entrar vi un cartel en la puerta que me llamó la atención.

*¿QUIERES CONSEGUIR DINERO RAPIDAMENTE?, PRESENTATE A NUESTRO CONCURSO LITERARIO, CON UN PREMIO MILLONARIO, LAS PLAZAS SON LIMITADAS, DATE PRISA, LAS INSCRIPCIONES SERÁN EN EL ANTIGUO SALON DE BAILE A TRES MANZANAS* Solo mayores de edad.

-¡Astrid! Mira esto, el cartel es un poco extraño, pero el concurso tiene buena pinta, ¿Un concurso literario?, ambas podríamos participar, y mira el premio...no puedo dejar pasar esto, no perdemos nada por intentarlo.- Dije muy emocionada.

-Bueno...no me trae mucha confianza, pero podríamos probar, ¿Y si vamos después de dejar la compra en nuestras casas?-

-Vale, pero me llevo el cartel, si de verdad son plazas limitadas no quiero arriesgarme a que nos quedemos sin sitio- Dije arrancando el cartel de la puerta. –Ahora si podemos entrar, vamos-

Entramos al supermercado, mientras yo me guardaba el cartel doblado en el bolso. Cogimos todo lo que necesitábamos, y salimos bastante rápido, había prisa. Astrid incluso insistió en pagar un par de cosas de la que yo había cogido, sabía que realmente necesitaba esa ayuda.

-Venga Naya, por dios date prisa quiero ir a ver eso antes de que nos quedemos sin plazas, ya que insistes en ir por lo menos que no vayamos para nada, mejor dejamos la compra después de ir.- Dijo mientras metía las bolsas rápidamente en el coche.

-Ya vooooy, menudas prisas- Dije cerrando las puertas y sentándome en el asiento del copiloto.

Dejamos el estacionamiento y llegamos donde antiguamente estaba el salón de baile, donde por cierto, Astrid bailaba cuando era pequeña. Salimos del coche y nos acercamos a lo que ahora era una oficina, o eso parecía. Llamamos al timbre que había fuera, y la puerta se abrió enseguida. Al entrar miré la oficina, todo era muy blanco y muy perfecto, demasiado, daba mal rollo. Una puerta se abrió al fondo de la sala, y de allí salió una chica que parecía bastante feliz, pasó por nuestro lado y se fue rápidamente.

-¿Siguiente?- Preguntó una persona que se asomó por la puerta al final de la sala, tan centradas en la chica que no nos habíamos dado cuenta de que había más gente.

-Mmm, supongo que nosotras- Dijo Astrid

-Tenéis suerte, ya quedan pocas plazas para el concurso, pasad, ¿participáis las dos?- Nos hizo un gesto con la mano para que entráramos.

-Sí, ambas queremos ver de qué va esto- Respondí yo, entrando en la sala seguida por mi amiga.

-Pues, tal y como pone en el cartel, esto es una inscripción para un concurso literario, no os podemos dar muchos detalles porque es todo una gran sorpresa, pero estoy seguro de que os interesará, el premio es muy grande- Dijo sentándose en una silla detrás de un escritorio.

-¿Solo literario? ¿Respondemos preguntas sobre libros y ya?- Pregunté algo extrañada.

-No exactamente, lo veréis cuando lleguéis, es mucho mejor que eso, creedme.- Dijo con una sonrisa.

-Bueno... ¿Y qué hay que hacer para entrar?- Preguntó Astrid a mi lado.

-Inscribiros, tan sencillo como eso, necesito vuestros datos personales para cerciorarme de que todo está en orden-.

-Bueno, yo me apunto entonces- Dije yo.

-Naya. ¿Puedo hablar un momento contigo en privado?- Me dijo Astrid susurrando.

Me cogió del brazo y me apartó un poco de la mesa.

-¿Estás loca?, ¿Vas a decir que si sin pensarlo antes?, esta gente podría ser traficantes de órganos o algo peor.- Dijo bastante alterada.

-Astrid, necesito el dinero, no puedo permitirme decir que no. Si tú no quiere participar en esto, lo entiendo.-

-Definitivamente estás loca si crees que te voy a dejar sola en esto, si de verdad quieres participar, yo participo contigo, o ambas o ninguna.- Dijo firmemente.

-Ambas queremos participar-Dije yo en voz alta para que me oyera el hombre al otro lado de la mesa.

El hombre hizo una sonrisa que en ese momento no me pareció extraña, si solo me hubiera dado cuenta en el momento...

-Muy bien, vamos a rellenar los formularios, sentaos, y bienvenidas, a lo mejor que os pasará en la vida-

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 02, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Destinos EscritosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora