Aladino caminaba por la oscura callejuela que llevaba a su miserable chabola. No sabía en realidad el motivo, pero se sentía sumamente feliz.
Su pie descalzo tropezó con una lámpara sucia oxidada y fea, la recogió y corrió como un loco aferrándola con fuerza. No paró de correr hasta llegar a casa.
Aladino estaba emocionadísimo, había leido el cuento de un homónimo suyo y sabía que las lámparas contenían seres que concedían deseos. La frotó tal como había aprendido de aquel cuento y de el interior surgió un enorme genio que se ofreció a concederle tres deseos.
No había necesidad de pensárselo: Dinero y mujeres (el tercero lo guardaría para una emergencia). Aladino obtuvo con un ademán del genio todo lo que había deseado siempre.
Transcurrido un mes Aladino se encontraba en la gloria, dos meses después había empezado a notar que el dinero no era infinito y que las mujeres hermosas tenían gustos costosos, tres meses después había regresado a su chabola sintiéndose más miserable de lo que se había sentido nunca.
Decidió que era hora de pedir el tercer deseo. Frotó nuevamente la lámpara y le dijo al genio:
– Genio, deseo que me hagas feliz.
– ¿De verdad quieres ser feliz?
– Sí. Lo deseo.
– ¿Lo deseas tanto como para aceptar que borre de tu mente que alguna vez tuviste mucho dinero.
– Sí genio.
– ¿Tanto como para aceptar que te haga olvidar que un día tuviste a tu lado a las mujeres más hermosas?- Sí genio.
– ¿Deseas tanto ser feliz que estás dispuesto a sacar de tu mente que alguna vez tuviste un genio que concedía todos los deseos?
Aladino contestó nuevamente de forma afirmativa y el genio lo mandó con un chasquido de sus dedos a la callejuela oscura que llevaba a su chabola.
Aladino caminó hacia su casa sintiéndose feliz. No sabía cual era el motivo de esa felicidad y no le importaba, sólo sabía que se sentía muy bien. De repente, su pie tropezó con una lámpara sucia, oxidada y fea….
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CUENTOS ORIGINALES DE PELICULAS ANIMADAS
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