Capítulo 31- Sentimientos a flor de piel.

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Jesús

Ha sido una semana muy rara y a la vez muy intensa.

Hoy hace justamente una semana desde que no la veo, desde que le confesé todo lo que sentía hacia ella y desde la última vez que hablemos.

Sí, ya lo sé, soy un cobarde por no hablarle, por no llamarla, pero después de tanto y tanto pensar he decidido resumirle, todo lo que no le he dicho en una semana, de la mejor manera que sé. Cantando.

Sí, le he cantado una canción, bueno, más bien se la he dedicado a ella y mi hermano a Ana, que por cierto, tiene que estar, desde el jueves, que echa chispas.

Después de subir el vídeo a YouTube me puse a mirar las redes sociales y de buenas a primeras me llegó un WhatsApp de ella, de Celia.

En cuanto vi la notificación dejé todo lo que estaba haciendo y me dediqué a leer lo que me había mandado. Tras esto me arrepentí muchísimo de no haberle hablado yo antes, pues ella pensaba que la había olvidado, que la rechazaría o que la utilicé la otra noche y no es así.

No he dejado de pensar en ella ni un día, no hay noche que no me acueste en la cama y piense en sus ojos verdes antes de dormir y tras esto soñar con ellos. Pero soy tan cobarde que no he sido capaz de hablarle para decirle todo esto.

A mí me suena algo así como... mejor tarde que nunca ¿No?

Pues sí, y ese refrán lo voy a poner en práctica, ahora mismo.

Yo

Celia, no. No te disculpes...
Ya te dije la otra noche que nunca me olvidaría de ti y jamás te rechazaría.

El que debe pedirte perdón soy yo, por ser un cobarde que no se atreve a hablarte después de todo lo que te he estado buscando y ahora que te encuentro mira.

Viendo que pasaba el tiempo y no me contestaba decidí llamarla. Esperé un pitido, dos, tres... Y justo cuando pensé que lo cogería apareció mi hermano hecho un mar de lágrimas y tuve que colgar rápidamente.

Yo

Celia, siento haberte colgado, pero mi hermano me necesita, no sé lo que le pasa y está hecho un mar de lágrimas.

Luego te cuento.
Nunca olvides que te quiero👑

Mandé el mensaje y tras esto me faltó tiempo para levantarme de la cama y pegar mi cuerpo con el de mi hermano para estrecharnos y darnos el abrazo que ambos necesitamos desde hace tiempo.

Cuando nos separamos lo noto más calmado, pero sigue derramando lágrimas. Al final vamos a grabar la película de Nemo por la cantidad de agua que se va a acumular aquí.

Tus chistes en este momento no hacen gracia, asúmelo.

-Dani, cálmate, te va a dar algo.- Este no me hace ni chispa de caso y sigue llorando como a el niño que se le muere su pececito de feria.- Dani, va ¿Qué te pasa? Sabes que me lo puedes contar, sea lo que sea, te voy a intentar ayudar, pero dímelo, no puedo verte así.

Él asiente y me mira con los ojos llenos de hilos rojos, haciendo así que se vean de este color en vez de blancos y acuosos como si un mar se encontrara en ellos. Las lágrimas que salían parecían pequeños ríos en los que se encontraba la confusión, la rabia y el amor. Todo junto en un mismo pack.

Entre abre la boca para intentar hablar, pero las palabras no le salen con fuerza, así que él mismo se corta y vuelve a repetirlas.

-Jesús, soy un gilipollas, no valgo para nada, solo sirvo para hacerle daño a la gente que quiero, solo valgo para lastimar a las personas y después abandonarlas como si fueran perros.

La Chica De La Gasolinera⛽{GMLRS}© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora