One-shot

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Era noche buena. Kakashi y Obito,-quienes se habían declarado recién en la mañana-, decidieron pasar velada juntos, como lo que se supone que fueran.

No estaba claro. Ya que para Kakashi, quien aún no podía creer los sentimientos del azabache hacia él, no estaba claro nada de lo que pasaría después, para él, esto sólo era un sueño , pero uno muy bueno. Claro que eso no lo aceptaría, porque aunque haya deseado esa declaración desde el día en el que vio al hiperactivo Obito, no quería aceptarlo, pues creía que sus sentimientos eran algo prohibido, que no merecía ser correspondido, no entre dos hombres.

Por otro lado, Obito ya pensaba en Kakashi como su novio, y ansiaba el momento donde él se volviese a quitar la máscara y pudiese hacerlo sonrojarse. Quería abrazarlo, quería apretujarlo como a esos bebés rechonchos, quería verlo en su fase timida, la que surgía cuando se acercaba demasiado, quería ordenale el cabello con sus manos, para luego volver a desordenarlo como estaba siempre. Tenía a Kakashi frente a él, y Obito lo quería todo, todo del peliplata.

-Emmmm...-Kakashi interrumpió el silencio sintiéndose demasiado observado por parte del azabache.-¿Qué...hacemos?

Obito se llevó la mano a la barbilla, pensando en las miles de cosas que le gustaría hacer con Kakashi. Cree fuertemente que el de las ideas eróticas es el peliplata, pero puede intentantarlo de todas formas.

-Qué te parece...un juego...-las ansias por descubrir que hay bajo la tela que cubre al peliplata lo queman.

Kakashi duda un poco. Pero luego recuerda las miles de veces que soñó con tener algo así con Obito y se decide. No tiene idea de lo que le espera, pero si es con Obito, no hay problema con ello.

-Está bien...-acepta sin mucha seguridad.

-¿Harás todo lo que te diga?

Kakashi volvió a dudar. ¿En qué estaría pensando Obito?

-Supongo...emmm...

-Quítate la ropa-el tono usado por el azabache era el mismo que hubiese usado para pedir la sal en la mesa.

-¡No!

-¿Porqué no?

-¡Porque...!

Kakashi abrió los ojos como platos al ver que Obito se sacaba la camiseta.

-¡Qué...qué crees que estás haciendo!

-Me quito la ropa

Obito fingía estar de lo más tranquilo, pero si corazón latía rápidamente ante la exitante sensación de estar mostrando su cuerpo completamente por primera vez a Kakashi. Una vez fuera su camiseta, se había quitado los pantalones, y lo único que faltaba era su ropa interior.

-Vamos, hazlo tú Kakashi...-pidió.

El peliplata seguía observando a Obito, y al estar tan concentrado, no notó que este le había hablado.

-Kakashi...Kakashi...

El peliplata apartó la mirada y se cruzó de brazos, con la cara rojísima.

-N-no es lo que crees...

Obito sonrió.

-¿Te gusta lo que ves?

Kakashi negó con la cabeza, pero volvió a mirar excesivamente a Obito.

-Lo haré...-susurró casi inaudiblemente.

-¿Qué cosa?- pregunta Obito, quien había oído perfectamente lo anterior.

-Haré lo que me pediste...

Avergonzado, el peliplata se quitó la camiseta. Obito observó por primera vez aquella parte de la Anatomía de su...bueno lo que fueran.

-Y...¿qué era lo que te pedí?

-Que...no lo diré

Luego, volviéndose para mirar el arbolito navideño, Kakashi se libró de su pantalón.

-¿Y ahora que?- Kakashi aún miraba en dirección contraria al azabache, pues se le hacía muy vergonzoso verlo a la cara estando así.

Obito lo pensó un rato. Repasó una por una las posibilidades para su primera vez con el peliplata. No había pasado mucho tiempo desde la declaración, pero las ansias lo carcomían. Entonces llegó a él una idea más bien extraña.

-Ahora nos vamos a ver una película navideña...

Kakashi lo miró extrañado. Hubiese esperado de Obito que le hubiese ordenado sacarse la ropa interior para luego ponerse en cuatro o abrirse de piernas...pero...¿películas navideñas?

-...no sin antes...

Ahí venía. La parte sucia, la letra pequeña.

-...Quitarnos la ropa interior

El peliplata lo sabía.

Entonces Obito llevó las manos al borde superior y se bajó de un tirón sus boxers blancos. Si antes su corazón latía rápido, ahora lo hacía más, esto era más exitante que cualquier cosa que hubiese hecho.

Kakashi reunió valor e imitó la acción de su compañero de equipo.

Ambos se observaron. Cada uno de sentía avergonzado por el estado en el que lo veía el contrario, pero la sensación vertiginosa y exitante que los embriagaba era más fuerte.

El azabache extendió la mano a su acompañante y este la tomó. Si antes el tacto de sus manos generaba una corriente eléctrica, ahora parecía una cascada de electricidad que los recorría completos. Obito los dirijo a la sala donde había un pequeño sofá.

Prendió la televisión sin soltar la mano de Kakashi, quien observaba casa uno de sus músculos moverse y tensarse ante el movimiento.

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Bueno, tenía pensado publicarlo para noche buena, pero no tenía bien Internet...

Si les gusta, haré una segunda parte...

Todo Lo Que Quiero Para  Navidad eres Tú //obikaka//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora