LA TERRICOLA

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Ver como se la llevaban mientras me contenían los poderes el consejo en pleno impidiéndome ir tras ella, casi me mató.....

Nunca lo vimos venir y por esa misma razón no estábamos preparados para ello, decirle adiós de esa manera , pensar en dejarla ir...., fue más de lo que podía soportar, lo intentamos todo, pero nada sirvió, me invadió el sentimiento más involucionado de todos, la rabia bullía por mi sangre y la sed de matar me sorprendió de una manera dolorosa, solo mi madre impidió que cometiera una locura, por que así era como me sentía loco de rabia y desesperación, ni siquiera me permitieron presenciar la operación de re-implantación, me encerraron en un sueño profundo inducido del que no podía despertar ,tenia plena conciencia y gritaba sin emitir sonido, sé que todos me podían escuchar el enlace mental entre nosotros no se bloqueaba durante el sueño, sin parar gritaba su nombre, con desesperación la llamaba, y les rogaba unas veces, otras se los exigía con rabia, a lo último lagrimas goteaban de mis ojos impotentes y resignadas ante la fatalidad, iré por ti te lo prometo .....Mi compañera, mi pareja, mi amor, kalie no me dejes, espérame, por favorrrrr......

el día que decidí complacer a moran con una cría parecía muy lejano, pero hacia poco tiempo de ello, ver como se apagaba la compañera de mi hermano era algo muy difícil de aceptar, cuando decidí que debía tenerla bajo mi cuidado, lo hable con mis padres, sabía en que me metía o por lo menos eso creía yo, moran era por demás una hembra superior a muchas, su espíritu era puro y destacaba entre todas las kirvianas, creí tontamente poder hacerla feliz y puse todo mi empeño en lograrlo, tonto de mí, nunca experimente la unión de compañeros por lo que no tenía idea de cuan fuerte era el lazo, claro que lo había visto en parejas cercanas , mi madre y padre eran un vivo ejemplo de esa unión, sin embargo saber algo y experimentarlo son cosas muy diferentes y la vida me enseñaría eso más adelante , la cosa es que moran no podía ser feliz conmigo o con nada de lo que yo pudiese hacer por ella por la simple razón de que yo no era su compañero, si me acepto fue por intentar pensar en el bien común, ya era evitada por todos y su evolución estaba estancada, como si fuera una peste las kirvianas dejaron de hablarle, pues su tristeza seguía afectando a quien se le acercara, en kirvi nadie quería sentir procesos de involucionados, era el mayor miedo perder lo logrado o ser culpable del frenar evolutivo de la comunidad, era en cierto modo un peso con el que todos debíamos cargar.

Desde el último viaje que habíamos realizado a la tierra en busca de hembras aptas para el implante, y en el que habíamos conseguido un logro importante para la unión más reciente de compañeros en kirvi, vi con algo de interés una chispa que se encendía en moran cada vez que me preguntaba por las crías que eran implantadas, sabía que su pequeño anhelo por encontrar una fuente de felicidad se iba señalando hacia ese camino, ser padre no me emocionaba aun, pero no podía imaginar negarle algo a quien nunca me pedía nada, moran se merecía esa pequeña fuente de esperanza, desde siempre había dedicado su vida en especial a lo que los terrícolas llaman milagros, pero su objetivo eran niños, con enfermedades terminales o víctimas de accidentes, era inmensamente feliz ayudando a las crías terrícolas, y yo sabía que tener una propia podría ser la respuesta a su tristeza constante por eso no me sorprendí cuando descubrí en sus pensamientos como practicaba la mejor manera para hacerme la petición, por supuesto ya sabía yo la respuesta que le daría.

Mentalmente pude enviarle mi aceptación.

- Estoy de acuerdo moran hagámoslo.

La vi abrir los ojos desmesuradamente y sentí como su sentimiento de agradecimiento se expandía hacia mí, por primera vez en mucho tiempo sus sentimientos estaban despojados de melancolía o tristeza, asomo a su rostro una tímida sonrisa que aunque parezca tonto reproduje yo mismo esperanzado ahora si en poder cumplir la promesa que otrora le hice a mi hermano jehovan.

Y así es como después de anunciarlo al consejo, y preparar a mi tripulación viajábamos hacia la tierra en busca de la terrícola quien gestaría por un tiempo a mi cría, y nos ayudaría a moran y a mí a conformar una familia en kirvi, nuestro objetivo estaba ya elegido, pues en la última incursión al planeta hallamos varias hembras aptas a nuestros fines, así que nos dirigíamos específicamente a un lugar que conocíamos y que era seguro porque estaba lejos de toda civilización, una hembra apta que había sido madre de unas gemelas saludables, cuyos depósitos grasos aseguraban una gestación viable nos esperaba, harlim estaba mortalmente aburrida y bostezaba cada dos por tres, preguntaba algo a mihuel que parecía perdido como siempre en sus pensamientos, no quise prestar mucha atención a su insulso intercambio, y en lugar de ello mientras la nave cruzaba un suburbio me dedique a escuchar a los terrícolas, sus pensamientos eran caóticos pero aun así mi curiosidad por esta especie con la que tenía sentimientos encontrados era mucha, no había nada realmente interesante, pero una onda de pensamientos llamo especialmente mi atención, no era realmente diferente al resto pero tuve un extraño deseo de escuchar esta voz mental en especial, aislé el resto y me enfoque en ella, parecía una hembra.

- No se por qué no se ahoga en su propio charco de babas, -decia- desesperanzada, si tan solo pudiese escapar...,

Amplificó de tal forma una sensación de soledad que me caló muy hondo, y con sorpresa note como mi don de sanador me revelaba que este ser estaba enfermo, y necesitaba sanación, no fue muy racional y la verdad nunca podre revelarle a nadie que en ese momento un impulso más fuerte que yo decidió por mí, así que sin darme cuenta la orden de detener la nave nos sorprendió a todos

- capitán que pasa?, preguntó una harlim impaciente por acabar con todo aquello cuanto antes.

-pasa que el objetivo del implante se encuentra justo debajo de nosotros.

- De que hablas Darién aún falta para llegar a la granja donde esta la hembra elegida.

- No,dije tajante , la hembra elegida es la que está justo debajo de la nave.

Una Harlem curiosa se asomó a la pantalla en donde se divisaba una hembra de aproximadamente 30 años terrícolas, y que se encontraba recogiendo ropa en un cesto, fuera de su casa, al parecer el giro inesperado le llamo la atención pues con una inclinación de cabeza en señal de aceptación y una ceja alzada interrogante, acato mi orden, sin preguntar nada, cosa que le agradecí en silencio, porque en este momento no tenía ninguna respuesta que darle, solo sabía que esta hembra debía ser quien gestara mi cría y así fue como kalie llego a cruzar su destino con el mío y el de mi tripulación, no imagine el caos que traería a mi vida, nunca podría haber  imaginado que ella sería mi vida.


AMANDO A UN ALIENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora