Secuestrado • Justin y Tú

Capítulo 35.- Heroína.

Narra Justin:

No recuerdo cuánto tiempo llevamos aquí.

He perdido la noción de el tiempo desde que estoy aquí y ya no sé si es de noche o de día.

Sólo veo el tiempo correr.

Estoy sentado amarrado a una silla de pies y manos a unos metros de la mesa donde están los 6 chicos.

________ apareció de repente por el pasillo de las habitaciones y todos la miraron.

"Muy bien maricas, Matt se largo de la ciudad unos días, mami está a cargo."- dijo mientras recargaba sus palmas sobre la mesa.

Todos asintieron.

"Zac."- dijo ______ mientras guardaba su arma entre su cadera y sus jeans

Zac se puso de pie de inmediato.

"Zac y yo iremos a terminar un trabajo, cuando regrese quiero todo terminado."- ordenó.

"Alguien no está de buen humor."- se burló Louis.

"Sigue hablando y te juro que ahora traerás yeso en una pierna."- respondió _____ bruscamente.

Todos rieron mientras Louis mostraba el dedo de en medio.

_______ formó una sonrisa burlona en sus labios.

"Y tú si vuelves a mirarme vas a terminar en el hospital o tal vez muerto."- amenazó mientras pasaba junto a mi.

Mi cuerpo se tensó pero no bajé la mirada.

La rabia se apoderó de ella.

En un movimiento rápido saco su arma y me apunto.

"No me tientes."- dijo con voz grave.

Sus pupilas estaban oscuras y dilatadas seña de que corría alguna metanfetamina por su sistema sanguíneo.

Bajó el arma y se acercó a mi con paso rápido.

Tomó mi cabello entre sus manos y tiro de el fuertemente.

"No juegues al machito conmigo, no tendría ningún problema con matarte."- gruñó.

Miré hacia mis piernas.

"No es tan difícil seguir una puta orden ¿no es así?"- susurró en mi oído.

Un escalofrío me recorrió la espina dorsal.

Soltó mi cabello y salió de el departamento con Zac detrás de ella.

Todos estaban en silencio, pero aún con la cabeza gacha pude sentir la mirada de los seis chicos sobre mi.

"Dejen de mirarme."- gruñí mientras levantaba la cabeza para mirarlos.

Jamás había puesto atención a ellos, seis diferentes chicos, diferente color de ojos, diferente color de cabello, todos menores de 30 años, todos apuestos, todos hundidos en la misma mierda.

Alguna vez escuche por ahí que los delincuentes eran apuestos, pero creí que eso sólo pasaba en las películas.

Me pregunto que fue lo que los llevó a estar aquí.

"Todos aquí tenemos una historia por la cual llegamos aquí, todos tenemos un motivo."- habló Paúl sacándome de mi trance.

Lo miré incrédulo.

Se encogió de hombros como justificando su respuesta.

Mi atención se posó en la mesa.

Louis se las arreglaba para llenar pequeñas bolsas con pequeñas pastillas de colores.