Aún tenía 11 horas para buscar el regalo. Este año quería regalarle algo especial, algo digno para Jos. Creo que en toda nuestra relación jamás le he dado un buen regalo, y el último ni siquiera lo fue. Le organicé una enorme fiesta en su cumpleaños llena de diversión y alcohol, pero al final él sólo quería una pequeña cena conmigo y su familia. Y en nuestro aniversario fue peor. Le regalé un cupón para una cubeta de cervezas Corona y lo llevé a cenar alitas. Sé que se divierte con los regalos absurdos que le doy, pero igual, nunca han sido dignos de él.
Definitivamente somos polos opuestos. Jos siempre es tan dulce, tan tierno, tan perfecto, tan atento, tan él. Y yo...bueno, hago mi mejor esfuerzo.
Este año, mi regalo será el mejor de todos los regalos que le han regalado.
Entré a la primera tienda que vi, ni siquiera leí el nombre. Comencé a vagar por los pasillos mirando los objetos y me detuve en un reloj de pared con un estilo vintage. Pensé un momento en comprarlo, ¿pero para qué querría Jos un reloj de pared si puede ver la hora en su celular?
—Es absurdo. —murmuré y seguí caminando.
—¿Puedo ayudarte en algo? —preguntó una linda chica rubia con camiseta de la tienda y un gorrito navideño. La miré.
—Busco... Busco un regalo, el mejor regalo de todos. —respondí sacándole una pequeña risa. ¿De qué chingados se ríe? Ni que le hubiera contado un chiste.
—Claro, entiendo. Por aquí. —se giró sobre sus talones y dio vuelta en el siguiente pasillo. La seguí mientras miraba el techo. Vaya, si que tenía muchos años. Parecía que se iba a caer a pedazos en cualquier momento. —Estos son el regalo perfecto para estas fechas. Nunca pasan de moda, y se venden muy bien. —miré lo que estaba en el estante y me dieron ganas de asesinar a la chica ahí mismo.
Esferas de nieve. No eran más que simples esferas de nieve. ¡Pero si Jos tenía muchísimas esferas de nieve! En Diciembre estaban por toda su casa, incluso en el baño.
—¿No le gustan, caballero? —preguntó la chica y la miré incrédulo.
—¿En serio consideras esto el mejor regalo del mundo? —pregunté y crucé mis brazos.
—Tal vez sólo el mejor regalo de la temporada. Como te dije, se venden mucho este mes.
—No quiero algo que todos compren y tengan en su casa por montones. Quiero algo que sólo él tenga y nadie más. —la rubia me miró con ternura, ¿qué pedo con esta chica?
—Entonces buscas un regalo para tu hermanito, ¿eh? O tal vez para tu papá, ¡o un amigo! ¿Tu mejor amigo?
—¿Qué? No. Estoy buscando un regalo para mi novio. Creo que aquí no voy a encontrar nada, ugh. —gruñí y salí de la tienda. Nunca se me ha dado mucho eso de ser tolerante con las personas que hablan de más, o que quieren meterse en tu vida privada cuando sólo quieres un regalo, o con casi cualquier tipo de persona. Llevaba una tienda y ya quería tirar la toalla. Sería un día realmente largo.
Me desvié un momento a una cafetería y pedí de forma estúpidamente dos cafés, y recordé después que en realidad no vería a Jos hasta la noche. Bufé levemente y pagué, tomé ambos cafés y salí. Creo que no tendría sueño en todo el día.
Revisé mi celular e hice un pequeño puchero al no ver ninguna llamada de Jos. Estaba a punto de guardarlo cuando decidí mandarle un mesaje."Guapooo🎄 Te extraño. Nos vemos en la noche🌚🎈"
"Abdisnaoal, perdón, ese no era. No mal pienses el globito."
"🌚💛"
Sonreí como idiota al imaginar qué pensaría cuando los leyera y guardé el teléfono. Le di un buen trago al café y arrugué la nariz al darme cuenta que ni siquiera le había puesto azúcar.
Por un momento pensé en regresar a la cafetería, pero sería perder tiempo que en realidad no tenía, así que seguí caminando. Después le di un trago al café y me regresé porque me di cuenta que moriría de gastritis si me lo tomaba así.
Después de perder unos 15 minutos (porque también compré una dona) y regalarle el otro café a una señora de unos 50 años que estaba haciendo fila, regresé a las calles a seguir con la búsqueda.
Miré los letreros de las tiendas y ninguno me llamaba la atención. Por alguna razón entré a una juguetería, y me fui directo a la sección de autos. Terminé comprando paquetes de Hot Wheels y un auto a escala del Rayo McQueen. Impulso de Idiotez.
Salí de ahí antes de que comenzara a comprar más cosas que definitivamente no necesitaba.Caminé hasta una tienda de ropa. En ese momento parecía buena idea. El lugar estaba hasta la madre, a penas y se podía caminar. Después de detenerme a pensar un momento en por qué estaba más llena la tienda de ropa que la juguetería, salí casi corriendo.
—La ropa ni siquiera es tan buena. —murmuré sobre la tapa del café y le di un sorbo. Metí las manos a mis bolsillos y acomodé mi bufanda. —A seguir caminando. —tomé una gran bocanada de aire y de nuevo comencé a caminar, pero esta vez más lento.
Miré alrededor. Veía a la gente de un lado a otro con cajas y bolsas con regalos dentro. Me pregunté cuántas de ellas llevaban esferas de nieve, o juguetes de Disney, o ropa fea, o cupones para cervezas. Después me pregunté si todas las personas eran igual de malas para comprar regalos y sólo Jos era increíble en eso. Si, tal vez.
Entré a una tienda de regalos (aunque el nombre era muy pretencioso) y busqué algo lindo. Detuve mi vista en un bonito portarretratos de cristal con algunos detalles en tonos pastel y sonreí. Seguramente le gustaría. Lo medité un momento (ni medio segundo) y se lo pedí al señor de cabello feo que estaba ahí. Me comentó que podía ponerle la foto de una vez, así que busqué alguna que fuera linda para la ocasión.
Encontré una de la Navidad pasada, yo estaba literalmente muriendo de frío a pesar de llevar como tres camisas y dos suéteres, así que Jos no me soltaba para nada. La foto la había tomado Fernanda. Decía que por primera vez yo parecía un niño tranquilo.
Solté una risita al recordarlo y mandé la foto por Bluetooth. En menos de cinco minutos ya estaba pagando y tomando la bolsa.
Caminé a la salida de la tienda y me detuve al ver unas muy lindas cajas musicales. Miré de nuevo atrás y vi que estaban colocando un portarretratos igual al que acababa de comprar en la vitrina, y que una chica estaba pagando otro con la única diferencia de que tenía colores levemente más vivos.En ese momento me quise dar un tiro. Acababa de comprar otro de los regalos más usados y absurdos en la historia. Después de hacer un inevitable pequeño y discreto berrinche salí de la tienda con ganas de tirar lo que acababa de comprar, pero la foto era tan linda que me abstuve.
Miré el reloj, apenas había pasado una hora.
Definitivamente sería un día muy largo.Navidad 1-0 Alonso.
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12 Horas para Navidad (Jalonso Villalnela)
FanfictionOlvidando completamente la verdadera importancia de Noche Buena, Jos y Alonso emprenden un viaje en busca de aquel regalo perfecto para darse en navidad, cuando ciertamente están muy lejos de encontrarlo. Una historia en colaboración de dos buenas e...