Memorias

Prólogo

Otoño, el crujir de las hojas al andar, los árboles danzando al compás del viento.
Arizbeth una niña muy curiosa, siempre intrigada por las maravillas del mundo, dedicada y muy apasionada.
María una mujer de 102 años de edad, de carácter fuerte y maltratada por la vida.
Una histora de cómo una niña se convirtió en una mujer.
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La abuela de Arizbeth cuyo nombre es Eva, le solicito a su padre que la transportase a ella y a su madre (visabuela de Arizbeth) a un determinado hospital, para una revisión semanal.

-¿Puedo acompañarlos?-cuestiono Arizbeth a su padre Carlos cuya vocación es ser abogado.

-Mm...de acuerdo, unicamente si me haces compañía a mi trabajo, necesito realizar unos acuerdos-condiciono.

-¡Claro!

Todos abordaron el automovil y pusieron marcha hacia el hospital.
Durante el transcurso los estaba abordando un silencio incomodo y profundo. Puesto que nunca había convivido mucho. Hasta que Arizbeth rompió el silencio.

-Abuela Eva, ¿Mi abuela María puede recordar cosas sobre su pasado cuando era chica?

-No del todo.

-¿Usted tiene conocimiento sobre ella?

-Beth,-así le gustaba nombrar Carlos a su hija-añadiré una nueva condición haciá los acompañantes...En la cual no harás preguntas.

Para Arizbeth era similar a una condena de muerte así que decidió callar.

-...De acuerdo...

-Muy bien, veamos...María Josefína era una niña pequeña cuyos padres pertenecientes de una hacienda...unos hombres muuuy ricos...

Arizbeth se regocijo y dispuso a escuchar la historia que narraba su abuela, mientras le seguía el paso recreando e imaginando escenas de la historia, en su mente.