Capitulo cuatro

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Louis empujó la pesada puerta de madera y entró en el baño de mujeres. Agachándose para inspeccionar los suelos de los compartimentos, vio con alivio que solo uno tenía una ocupante, y que esta llevaba unos familiares zapatos de diseño. Sonrió, se dirigió a los lavabos, y se apoyó en un lugar seco en el mostrador.

—Sal de ahí, mamá.

La puerta de metal se abrió con un chirrido de las bisagras antiguas.

—Lo siento, Louis. No estoy enfadada contigo. Sé que todo esto es culpa mía.

—¿Qué es culpa tuya?

Jay se acercó al mostrador y suspiró.

—Tú estando así, tan confuso. Eres mi hijo pequeño, mi niño. Te mimé en exceso. Te cogía en brazos al segundo que comenzabas a llorar. No te permitía pasar el tiempo suficiente con los juegos bruscos de tu padre y hermanos mayores. —Agitó las manos frente a uno de los grifos automáticos, el agua sin comenzar a fluir, pero sus lágrimas lo hicieron—. ¡Maldita sea! Bebí un par de vinos blancos con soda mientras estaba embarazada de ti, y fumé medio porro de marihuana en Lollapalooza en el concierto de los Nine Inch Nails mientras aún te estaba amamantando. —Se cubrió la cara con las palmas de las manos—. Soy una madre terrible.

Eso puso todo en la perspectiva correcta, y Louis se echó a reír.

—Mamá, no hiciste nada malo. Se suponía que debía nacer de esta manera. Si esto no fuera correcto para mí, creo que no sería tan feliz.

Jay bajó las manos y se encontró con la mirada de Louis.

—Pareces feliz.

—Lo soy. —Sonrió Louis—. Me encanta donde estoy viviendo, me encanta mi trabajo, y amo a Harold Styles con toda el alma. Lo único que falta en mi vida en este momento sois tú y papá y los chicos.

—Bueno. —Jay cogió un pañuelo de papel de un dispensador y se secó cuidadosamente alrededor de su impecable maquillaje—. Supongo que tenemos que arreglar eso. —Se echó a reír a través de las lágrimas y sonrió a Louis—. ¿También tendré que asumir que en realidad no estás trabajando en la industria de la construcción de rascacielos?

Louis cogió una de las manos de su madre entre las suyas y le besó los nudillos.

—Basta decir, mamá, que vas a parecer absolutamente fabulosa en el Cotillón de caridad del Área de la Bahía del próximo año. 

Cada Minuto - Larry - 3 ONE SHOT.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora