Me desperté a toda prisa levantándome de mi cama de un salto casi aterrizando en el suelo de cabeza.
Para variar, me había quedado dormida por milésima vez en lo que llevábamos de curso.
Esta era la historia de mi vida totalmente normal y sin ninguna situación emocionante. A veces me gustaría que me pasase algo interesante simplemente para romper la rutina y sentirme viva o útil al menos. Lo único que hacía día tras día era comer, dormir, ir a clase, estudiar y salir alguna noche de fiesta con mis amigos. Lo que se describe como una vida monótona y repetitiva.
Por suerte tenía a primera hora con el señor Harrison, mi profesor de gimnasia. Por lo que como él siempre llega tarde, yo llegaría a tiempo a clase.
Bajé las escaleras luego de darme una ducha, vertirme con la ropa de deporte y coger la mochila. Después de tomar un vaso de zumo a toda prisa le di un beso a mi madre y sali pitando para el instituto.
Cuando estaba a pocas calles ya del instituto noté de repente una mano sujetándome fuertemente el brazo y me giré bruscamente por el susto.
-Hola -una mirada penetrante de ojos verdes me escaneaba de arriba a abajo-.
-¿Quien eres? -el chico se quedó mirándome sin ninguna expresión en el rostro, como si estuviera abstraído de la situación- ¿Que pasa?
El joven seguía en silencio mirándome inexpresivo. Por mi cabeza comenzaron a rondar miles de preguntas sin respuesta que hacían que me pusiera más nerviosa todavía. ¿Y si era un violador? ¿O un atracador? Yo no llevaba direro encima ahora, porque iba para clase. ¿Y si me hacía daño? Mis pensamientos fueron interrumpidos.
-Yo -susurró con su voz ronca y aterciopelada- creo que me he confundido -afirmó secamente soltándome y llendose por donde había venido-.
¿Pero qué demonios le pasa a la gente? Imbécil. Me agarra asi de bestia y después se va como un fantasma sin pedir disculpas ni nada. Ahg. Pues si que empezamos bien el día.
Al final llegué a la hora justa después de pegarme una carrera tremenda gracias al encuentro de las narices con ese chico de hacía, a penas, unos minutos. No querría volvérmelo a encontrar, porque le arrancaría la cabeza por maleducado y bruto.
Entré en el gimnasio y aún no había llegado el profesor. Todos mis compañeros andaban de un lado a otro hablando y haciendo el idiota. Por lo tanto y aprovechando el momemto me desplomé en uno de los bancos a descansar, ya que estaba muerta.
-Hola Lol -dijo Kattie, mi mejor amiga- otra vez llegando por los pelos ehh -me guiñó el ojo-.
-Seh, me quedé un poco dormida -haciéndome la loca para quitarle importancia-.
-Ehm... ¿como se puede quedar alguien "un poco dormida"? -se burló desaciéndose de risa-.
-Valeee... me quede dormida -la mire fija- me has pillado completa y profundamente dormida -comenzamos a reir las dos-.
Nos pusimos a hablar un rato y Katt comenzó a contarme las discursiones de sus padres por decidir con quien se quedaba ella el fin de semana. Aunque era triste el asunto de que sus padres estuvieran separados, ella ya estaba acostumbrada y solía tomarlo con humor y resignación.
Una vez acabó ella de contarme yo le conté yo lo único interesante que me había pasado desde ayer que era el chico ese de ojos esmeralda que me había abordado de mala manera esta mañana de camino al instituto.
-¿Y era guapo? -preguntó con tono pervertido-.
-¡Katt!
-¿Qué? -respondió inocentemente- solo preguntaba.
-Oh, perdone la señorita, estaba demasiado ocupada en saber que queria, si era un violador o un asesino, disculpame que no me fijara en si era guapo -dije con ironía-.
-¡Boh! Lol eres demasiado exagerada, a ver... ¿lo era o no?
-Bueno -me resigné ante su insistencia- sí, era bastante atractivo, aunque no de mi tipo, pero a todo esto, ¿qué tiene que ver que fuera guapo o no?
-Ah, ¿tienes tipo? -contesto omitiendo mi pregunta con una cara de sorpresa bromeando-.
-Claro que sí, su tipo soy yo -apareció derepente nuestro amigo Niall-.
-Nialler -le di un codazo mientras me reía- tú tampoco eres mi tipo.
-¡Auch! Lo soy, pero tu todavía no lo sabes -afirmó y le di otro codazo- ¡auh! ves los que se pelean se desean -empezó a correr y yo detrás de él para pegale-.
Niall era un gran amigo, de hecho, mi mejor amigo. Inseparables. Practicamente a todas las chicas de clase yo les caía mal, porque era su amiga siendo él el chico más popular de la clase. Sin embargo a mi ellas no me importaban, yo era feliz siendo su amiga. A quien no le gustase que le dieran por cierto sitio y lo disfrutase. Punto.
Mientras lo perseguía notaba las miradas de algunas chicas chismorreando sobre mi, probablemente nada bueno, pero decidí no hacer caso a esas idotas y seguir persiguiendo a Niall para darle su merecido.
Nada más lo di alcanzado me subí a su espalada para darle un par de collejas. De repente él me agarró por los muslos hacia arriba quedandome subida a su espalda sin tocar el suelo con los pies. Empezó a reirse como un loco mientras yo le gritaba que me bajase. No sé como sería la escena vista desde fuera, solo sé que desde mi posición era muy graciosa. Quería matarlo en serio. Iba a recibir una buena paliza de mi parte, si no me bajaba ya.
-¡Nialler bajame, mala persona!
-Mala persona, ¿yo? -riéndose a carcajadas-.
-Si tú -le golpeaste en la espalda-.
-¡Uuuoooh! -comenzó a tambalearse perdiendo el equilibrio y aterrizamos encima de las colchonetas de golpe- ¡auh! -se quejó-.
-Auh digo yo señorito Horan, ¡tiene su enorme culo encima de mi! -lo mire fijamente con cara de enfadada y empenzamos a reír sin parar-.
-Ejem, ejem... -oímos carraspear a alguien detrás nuestra- señor Horan y señorita Summers, gracias por su espectáculo acrobático y me alegro que tengan tanta energía esta mañana, así ya tengo dos ayudantes para recoger todo cuando acabemos la clase. Ahora hagan el favor de levantarse e ir ha hacer los ejercicios con el resto de los compañeros que voy a mandar ahora.
-Si señor Harrison -contestamos los dos a la vez y nos levantamos para ir a junto Katt que estaba mirándonos divertida ante la situación-.
-Esto fue culpa tuya Lol.
-Lo dudo. Tener su culo gordo encima no está en mi lista de cosas preferidas, Horan -bromeé-.
-Fue divertido -comentó Katt- aquellas -mirando a las chicas que había visto yo antes observándome y chismorreando- creo que si se muerden la lengua se envenenan, ¡que vívoras!
-Silencio, por favor -advirtió el profesor mirándonos directamente- bien, hoy vamos a empezar con estiramientos y luego jugaremos un poco de volleyball, de acuerdo?
-Si -respondimos al unísono-.
-Bien, entonces podem...
-Señor Harrison -le interrumpió la secretaria-.
-¿Si Delia?
-Tienes un alumno nuevo.
-¿A estas alturas de curso? -con voz molesta-.
-Lo sé, pero fue cambiado de colegio -contestó con resignación-.
-Está bien, hazlo pasar -afirmo con cara de pocos amigos- lo uniré a este grupo.
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•Hidden Wishes• (Deseos Ocultos)
Fanfiction"El deseo nos fuerza a amar lo que nos hará sufrir" Marcel Proust, 1871-1922. [ADVERTENCIA! Contenido y vocabulario inapropiado para menores de 18 años]