Ella te amódesde el gramófono
hasta el dolor de muela.
Se crió entre libros,
páginas que se deshacían
en polvo de diamante
y cuyo olor aún conserva en sus manos.
Era alguien muy especial;
medio detective,
poeta,
imparable.
Quiso ser humanidades
sin hacer.
Le llamaba el verso
y quiso ser Sófocles.
Tenía su Gran Quizás
sin saber cual era.
El Cementerio de los Libros Olvidados la este esperando en algún rincón de Barcelona esperando que esto solo sea cierto.
Ella era un misterio,
esos de los que te
s o r p r e n d e s.
Quizá, solo quizás.
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Sofía.
شِعرEl mundo debería saber qué hay caídas que son volar. Portada: Gabriela Kermotchenky.