OCTUBRE

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OCTUBRE 10

Ya he adelgazado kilo y medio y estamos tratando de organizar el traslado. Nuestra casa ha sido puesta en venta y papá y mamá
han ¡do a buscar vivienda en... Yo estoy aquí con Tim y Alexandria y,
aunque no lo creas, no me molestan en absoluto. Todos estamos excitados
con la mudanza y hacen lo que les ordeno, me ayudan en la casa, las
comidas y lo demás..., o casi. Supongo que papá va a tomar posesión de su
nuevo cargo antes de que acabe el curso. Está ilusionado como un
muchacho con zapatos nuevos, y todo se parece a los viejos tiempos. Nos
sentamos todos alrededor de la mesa, reímos, bromeamos y, juntos,
hacemos proyectos. ¡Es formidable! Tim y Alex insisten en que quieren
llevarse todos sus juguetes y cachivaches. Personalmente, me gustaría
tenerlo todo nuevo, excepto mis libros, claro: son parte de mi vida. La vez
que me atropelló un coche y permanecí tanto tiempo enyesada, me habría
muerto sin ellos. Incluso ahora no sé, exactamente, lo que en mí es mío y
qué parte he sacado de los libros. Pero, de todos modos, ¡es formidable! La
vida es realmente fantástica, magnífica, estimulante; estoy impaciente por
ver qué hay a la vuelta de la esquina y de todas las esquinas futuras.

OCTUBRE 16

Mis padres han regresado hoy. ¡ Hurra, tenemos nueva casa! Es una gran
casona de estilo español, ya mamá le ha fascinado. ¡No puedo aguantarme!
¿Cuándo nos mudamos? No puedo esperar. No puedo. Sacaron fotos y
estarán listas dentro de tres o cuatro días. No puedo esperar, no puedo.
¿Que ya lo he dicho un millón de veces?

OCTUBRE 17

Incluso el liceo me parece de nuevo apasionante. He tenido un suficiente
en álgebra y en todo lo demás creo que aprobaré. Lo peor es el álgebra. Si
paso en esto, lo demás no me preocupa. Generalmente puedo
considerarme afortunada con un suficiente, incluso cuando me mato de
tanto estudiar. Pero parece como si al ir bien una cosa todo lo demás
tuviera que ir igualmente bien. Incluso me llevo mejor con mamá. Ya no
me regaña tanto. No puedo precisar cuál de las dos ha cambiado. Realmente, no puedo. ¿Me
estoy comportando como la persona que ella quisiera ver en mí para no
tener que estar siempre recordándomelo, o es que ella misma es menos
exigente...?
He visto a Roger en el salón; ya no me interesa, en absoluto. Dijo: «hola» y
se detuvo para hablarme, pero yo, sencillamente, pasé de largo. Ya no me
sorberá más el seso. ¡Vamos! Ya sólo falta poco más de tres meses.

OCTUBRE 22

Scott Lossee me ha invitado para ir al cine el viernes. He perdido casi cinco kilos, pero todavía me gustaría perder otros tantos. Mamá dice que yo no puedo estar tan flaca, pero ella no sabe. Yo sí sé. Yo sí. No he probado un dulce desde hace tanto tiempo que he olvidado su sabor. Tal vez el viernes por la noche vamos a una tasca y me como unas tapas.¡Ummmm...

OCTUBRE 26

Fue divertido ir al cine con Scott. Al salir fuimos a comer unas maravillosas, deliciosas, sabrosas, celestiales tapas. ¡ Aquello era vida! No siento por Scott lo que sentía por Roger. Supongo que ha sido éste mi único y gran amor, pero me alegro de que todo haya terminado. Imagínate:
en mi primer año de liceo y con quince de edad, y terminó para siempre mi único y gran amor. En cierto modo parece algo trágico. Tal vez un día, cuando ambos vayamos a la universidad, nos encontremos de nuevo.

¡Ojalá! Realmente, lo deseo. El verano pasado, en el carrete de Marion Hill, alguien trajo un ejemplar de la revista Playboy, que llevaba una historia sobre una muchacha que se acostó por primera vez con un muchacho, y lo único que se me ocurrió fue .pensar en Roger. Ni siquiera deseo relación sexual con ningún otro muchacho en el mundo, nunca, jamás. Juro morir virgen si Roger y yo no nos juntamos. No podría soportar que otro muchacho llegara a tocarme. Ni siquiera estoy segura de permitírselo a Roger. Tal vez más tarde, cuando sea mayor, me sentiré distinta. Mi madre dice que a medida que una muchacha crece, las hormonas invaden nuestras venas aumentando nuestro deseo sexual.

Supongo que yo crezco despacio. He oído contar algunas historias salvajes
sobre ciertas muchachas del liceo, pero yo no soy como ellas, yo soy yo y, además, eso del sexo parece algo tan extraño, tan inconveniente, tan inoportuno...

Pienso en nuestro profesor de gimnasia enseñándonos danza moderna y diciéndonos, constantemente, que así nuestros cuerpos se harán fuertes y sanos para la maternidad. Luego, parece como si tocara el arpa y dice que todo ha de ser gracioso, gracioso, gracioso. No concibo que el sexo o llevar un bebé en el vientre sean algo gracioso.


Debo irme. Hasta pronto.

Diario Íntimo de Una Chica DrogadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora