El sol entraba por mi ventana, era el último día que pasaría en Carolina, las valijas ya estaban en el piso de abajo.
Me habían aceptado en la más prestigiosa academia de ballet de Europa, viajaría a Mónaco unas horas más y en un par de semanas empezaría el programa de danza clásica al que había solicitado, estaba verdaderamente emocionada.
-Mamá -la llame desde la entrada de la cocina donde ella preparaba nuestro desayuno. -¿Estás segura?
-¿De que cariño? -ella levanto la vista de los emparedados, sus ojos estaban rojos pero tenía una enorme sonrisa en la cara.
-De quedarte sola -mi voz era la de una chiquilla, a mis casi dieciséis años me alejaría de mi única familia y mi madre también estaría sola -No quiero que lo estés.
-Mi niña -Camille Tanner era una mujer bastante fuerte, después de que papá nos dejara ella sola me había sacado adelante y me había apoyado en todo lo que había querido. -No te preocupes por mi, irás a cumplir tus sueños y si te tengo lejos de mi por cuatro largos años, pero al final logro verte en los escenarios mas impactantes del mundo, se que todo habrá valido la pena.
-Gracias por tanto mamá -dije mientras nos abrazábamos. -Aún así, si tu me lo pides me lanzó con un paracaídas del avión.
Ambas reímos y nos limpiamos las lágrimas, mamá volvió a los emparedados.
-Estoy tan orgullosa de ti Gal -mi madre puso un plato frente a mi y un vaso de jugo. -Eres todo lo que siempre esperé.
-Basta o ambas terminaremos llorando de nuevo.
-Ambas terminaremos llorando, hable yo o no -dijo ella a modo de regaño -Así que déjame hablar lo que quiera.
-Te voy a extrañar tanto, no se que haré. -me quedé pensando. -Mejor no iré, ya habrá mas oportunidades.
-Gallery Tanner, este es tu sueño y por lo tanto también es mi sueño, viajare a Montecarlo para visitarte en las vacaciones más próximas, no me tuviste ahorrando el dinero de la inscripción desde hace 9 años para que justo a punto de irte te arrepientas. -mi madre me miraba enfadada.
- Está bien –sonreí y comencé a comer mi desayuno –pero extrañare tu comida, nadie hace emparedados como tú.
-Lo sé Gal, lo sé. -dijo ella actuando como diva.
Después del desayuno nos sentamos juntas a mirar un viejo álbum de fotos de cuando yo era mas pequeña, nos reíamos viendo cada recuerdo y mi mamá me explicaba las fotos que yo no recordaba.
Después de nuestro tiempo juntas terminamos de meter mi equipaje en el auto y salimos directo al aeropuerto.
Llegando, compramos un par de cosas de última hora y mi madre firmó los documentos necesarios para que yo pudiera viajar, al ser menor de edad era un proceso algo mas tardado, pero finalmente todo estuvo listo y la hora cero estaba cerca.
-Bien, ya es hora Gal -dijo mi madre cuando nos detuvimos frente a los filtros de seguridad. -Ya no puedo ir mas contigo.
-Lo se -ambas estábamos llorando, eramos un par de nenitas -Te llamaré en cuanto aterrice.
-Esperaré tu llamada. -dijo ella y me abrazó. -Ahora ve, cumple tu sueño.
-Lo haré.
Sonreí y después de un último abrazo camine hasta el pasillo.
Pase los filtros de seguridad y llegué a la puerta de abordaje.
-Buenas tardes señorita, su pase de abordar por favor. -dijo una aeromoza -Y su permiso para viajar sola, junto con su pasaporte.
-Claro -busque en mi bolso los documentos y se lo entregué todo. -Aquí tiene.
-Muy bien, todo esta en orden. -dijo y me devolvió mis papeles -Adelante.
-Gracias.
Entre por el túnel y llegué al avión, busque mi asiento, las manos me sudaban, estaba completamente al borde de los nervios.
Tomé mi lugar y me acomodé, tan pronto como todos estuvimos a bordo empezaron a darnos las indicaciones para el vuelo.
"Pasajeros del vuelo con destino a Mónaco, favor de abrochar sus cinturones el avión va a despegar"
Todo estaba listo, me iba a Mónaco.
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Tras Bambalinas -En edición
ChickLitGallery Tanner es una joven bailarina dedicada por completo a su carrera, lo que más desea es terminar sus estudios en la academia real de ballet en Mónaco. A los 18 años y a un año de terminar su carrera como bailarina clásica conoce a Cameron Cart...