Miracle

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Los milagros ocurren cuando menos uno lo espera. O a veces cuando estás tan necesitado que todo se alinea para hacer posible eso que tanto deseas. Tal vez, incluso, sin ser creyente aferrándote a esa posibilidad que sin saber que has estado esperando ocurra. Es ese punto de inflexión, ese empujón del universo casi mágico que te lleva a cambiar tu vida, dos, cinco, inclusive veinte años después.





Kyuhyun era un niño travieso y amoroso a la edad de siete años. Querido por todos debido a su gentileza y bondad.

Sungmin por otra parte era un niño de nueve años, introvertido, hosco y un tanto egoísta.

Un día sus caminos se cruzaron sin siquiera sospechar que cambiaría sus vidas para siempre.


Sungmin yacía en una banca mientras un pequeño pelinegro a su lado gimoteaba mientras le suplicaba compartiera su helado con él.- ¡Hyung, por favor!

- Sungjin esta es quinta vez que digo no compartiré mi helado contigo.- Bufó el mayor.-

- Pero mamá no me dio dinero a mí y yo también quiero helado.-Kyuhyun que justo venía regresando de casa de su amigo Changmin escuchó y no pudo evitar involucrarse.- ¡Hola, pequeño, qué tal!- Dijo acercándose y revolviéndole el cabello.-

- Hola, señor.- Con sus manitas pequeñas se limpiaba los rastros de lágrimas.-

Kyuhyun lanzó una carcajada y una sonrisa todo hoyuelos apareció en su cara redonda mientras registraba su mochila azul.- No soy un señor, soy un niño cómo tú, ¿cuántos años tienes?- Yo me llamo Kyuhyun y tengo siete años.-

- Me llamo Sungjin y tengo seis- Respondió el pequeño.-

- Iba pasando y alcancé a escuchar que querías helado, pero no tengo uno, ni ando con dinero, pero mira, toma, ¡galletas de animalitos!- Gracias señor Kyuhyun. Mi hermano es un egoísta, ¡y feo! – Sacó la lengua Sungjin haciendo reír al castaño.-

Sungmin iba a darle un golpe en la cabeza al más pequeño, cuando sintió una mano pequeña y cálida en su hombro, haciéndole frenar todo movimiento.- ¡Hola! Volvió a saludar Kyuhyun, ¿y tú cómo te llamas? Sonrisa todo dientes preguntó.-

- No tengo por qué decirte.- Soltó sorprendiendo a Kyuhyun.- No insista, señor Kyuhyun.- Interrumpió el más pequeño.- Mi hermano es un antipático, incluso nadie juega con él.- Sungmin visiblemente cabreado se levantó del banco y tomó el brazo de Sungjin.- ¡Suficiente, nos vamos!

Kyuhyun antes de verlos esfumarse, cogió el conejo rosa de su mochila y se lo extendió al hermano mayor.- ¡Toma, combina con tu camisa, y seguramente serán los mejores amigos desde hoy!- Sonrió tiernamente.

Sungmin le lanzó una mirada de sorpresa que fue rápidamente cubierta con otra de fastidio.-No quiero tu peluche.-Sungjin tomó el conejo y lanzó un gracias al aire mientras era jalado del brazo de su hermano mayor.

Esa por supuesto no iba a ser la primera ni la última vez en que se encontrarían.

La calidez deprendida por Kyuhyun hizo que rápidamente él y Sungjin congeniaran convirtiéndose en buenos amigos. Contrariamente a Sungmin que por más sonrisas le dedicaba era despreciado constantemente. Eso no evitó que Sungmin siempre les espiara desde lejos, sintiendo envidia en su interior debido a lo cercano que eran los dos pequeños.

Kyuhyun tampoco evitaba mirar a Sungmin. Incluso a pesar que el mayor de todos vivía casi siempre enfurruñado, y escasamente cruzaban palabras, era tan hermoso que siempre le hacía saltar el corazón al pequeño Kyuhyun.

Ya con diez años, Sungmin un chico maduro para su edad, pero igualmente introvertido y egoísta comprendió que en realidad él se sentía muy celoso y envidioso de la relación de amistad que Sungjin y Kyuhyun tenían porque el castaño le gustaba.-

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⏰ Última actualización: Jan 31, 2017 ⏰

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