Abandonada

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Mi madre es artista. Mi padre la conoció en una exposición de arte, vio uno de sus cuadros y quiso comprarlo. Arreglaron una cita para acordar como sería el pago y cuando se entregaría la pintura. Fue en un café. Mi padre dice que cuando la vio se quedó boquiabierto. Nunca había visto a una mujer más hermosa. No se porque, mi madre es de estatura baja y muy delgada; y su piel y cabello son demasiado claros.

Luego de eso, él la invitó a salir. Le parecía una mujer interesante y divertida. Salieron por 6 meses, y mi padre le pidió matrimonio. Dijo que sí. Fue uno de los días más felices para mi padre. A pesar de que él es bastante serio y discreto; y ella graciosa y abierta, se llevaban bastante bien.

Pasado un año nací yo. Mi infancia fue bastante feliz, hasta que un día, cuando tenía 6 años, mi madre dijo que se iría a Canadá, porque le habían ofrecido un trabajo con un alto salario. Mi padre y yo estuvimos alegres con la noticia.
Pasaron 2 meses, y mi madre no llamó, ni contestaba el teléfono. Llegó una carta, que decía que se había enamorado de un escultor que conoció en su trabajo, y había quedado embarazada. Se despidió disculpandose con nosotros y diciendo que no volvería.
Mi padre quedó destrozado, y le costó mucho contarme que mi madre nos había abandonado.

Por ello, mi padre botó todos sus cuadros de la casa, y cuando se dio cuenta de que yo empecé a dibujar, eso le enojó mucho, y me dijo que no lo hiciera, que el arte era una basura. Pero sé que me dice eso, porque en verdad el que yo dibuje le recuerda a mi mamá, y eso lo destroza. Yo lo hago porque así, de alguna forma, siento que puedo conectarme con ella.

PrejuiciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora