La cita

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Thomas me invitó al parque de diversiones. Nos subimos a todos los juegos, sobre todo a la montaña rusa, cuatro veces seguidas. Comimos mucho, sentía que iba a explotar; y en un juego de puntería, me ganó un peluche de ballena, mi animal favorito.

Se hizo de noche, y cuando nos ibamos a ir, nos encontramos a un pequeño niño que estaba llorando. Thomas le hizo muecas y empezó a reirse. Luego, su madre apareció y nos agradeció.

-No sabía que te gustaban los niños. -dije
-Los adoro, en Londres estuve haciendo voluntariado en un orfanato. Pienso que si puedo ayudar a otros de alguna forma, debo hacerlo.
-Eso es lindo, no lo haría cualquiera.
-Gracias, Lina.

Thomas se veía  tan lindo con ese niño. Todavía me preguntó cual defecto tendrá, me parece tan difícil encontrar uno. Parece que es una persona completa. Ojala fuera como él. No se porque, pero creo me gusta.


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