Cap 1

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Narra Fernando

Miré a Elsa, que ya tenía un año. Tenía ganas de tener otro hijo o hija. Aunque tal vez no bebé. 

-Olalla. ¿Qué te parecería adoptar a un niño o niña?

-¿Lo dices en serio?

-Si.

-Propónselo a los niños y ellos deciden.

Fui al cuarto de juegos dónde estaban Leo y Nora.

-Chicos, venir aquí. - dije sentándome en el sillón.

Cada uno se sentó en una de mis piernas.

-¿Que os parecería tener un hermano o hermana?

-¿Otro bebé? - preguntó Nora

-No. Habíamos pensado en adoptar a un chico o chica.

-Siii - gritaron los dos.

(...)

-Fernando. Se te ve pensativo. - bromeó Simeone en el vestuario antes de empezar el entreno.

-Sí. Vamos a adoptar un niño o niña.

-¿De verdad? - Gabi se metió en la conversación.

En pocos segundos, todos mis compañeros estaban alrededor mía como viejas del visillo.

En el entrenamiento, tocó hacer un ejercicio por parejas y Anto se me acercó.

-Adopta a una colchonera, ¿eh? - dijo golpeándome el hombro

Reí junto a él y miré a la grada, donde estaba mi familia. Sonreí al pensar que pronto seríamos uno más.

Después del entreno, todos los familiares, bajaron al campo. Vi que todas las chicas habían venido, y supuse que no habría universidad, pues todas tenían 18 o 19 y estaban estudiando. Antoine había cortado hacía un par de meses con su novia, y estaba solo, asi que Leo fue corriendo con un balón para jugar con él. Lucas estaba con una chica a la que no había visto nunca y a las demás, las conocía a todas.

Nora se fue a jugar con el hijo de Filipe y con Oliver, el de Juanfran.

Entre todos, éramos una gran familia.

-Chicos. - Lucas llamó nuestra atención. - Ella es Cris, mi novia.

-Encantada. - dijo sonriente.

-Bueno, chicos. Presentar a vuestras novias para que haya amistad. - dijo el cholo.

-Pero si ya nos conocemos. - se quejó Koke.

-Por quejarte empiezas tu.

-Esta es Isa. Mi novia. - dijo Koke haciendo teatro y llevándose una colleja de Isa.

-Mi novia, Noa. - dijo Carrasco

-Mi novia, Luna. - dijo Saúl

Las chicas se acercaron a Cris y pronto se hicieron amigas. Espero que mi nuevo hijo o hija se adapte así de bien.

(...)

Entramos al orfanato y nos dijeron que los niños estaban en clase. Miré por la ventana y vi el campo de fútbol, donde había un grupo de chicos y una chica.

-¿Y esos? - pregunté

-Están en clase de Educación Física.

-¿Solo hay una chica? - preguntó Nora

-Se puede elegir el deporte que quieras. Ninguna chica elige fútbol menos ella.

-¡Lleva la camiseta de Antoine, Papá! - dijo Leo.

Era verdad, llevaba la camiseta de Anto en su primer año en el Atleti. Esa chica me llamó la atención desde el primer momento. Jugaba, metía goles, daba asistencias, pero no sonreía.

-Yo no miraría mucho a Amil. - dijo el hombre.

Todos miramos al hombre sorprendidos.

-¿Por qué? - preguntó Nora.

-Porque le cuesta hacer amigos y siempre está triste. - dijo el hombre encogiéndose de hombros. - No encaja en vuestra familia, realmente, en ninguna.

Vimos como el partidillo que estaban jugando se acabó. Todos los chicos se abrazaron, mientras que Amil, como le había llamado el hombre, cogía su chaqueta y se iba hacia uno de los edificios.

-¿Cuándo podremos ver a los niños?

-Ahora se estarán duchando, cambiando de ropa y preparándose para ir a cenar. Deberéis esperar un poco. Podéis dar una vuelta por nuestras instalaciones.

Comenzamos a andar por los pasillos, se oía barullo de los niños. Todos los niños eran de la edad de Nora y Leo, menos Amil. Ella era bastante más mayor que los demás.

-¿A ti también te ha llamado la atención, verdad? - me preguntó Olalla.

-Es diferente. Necesito por lo menos conocerle un poco.

-Tengo frío. - dijo Leo cruzando los brazos.

-Toma. - dijo la chica tendiéndole una chaqueta.

-Gracias. - dijo Leo poniéndosela.

Miré mejor a la chica. Tenía el pelo negro, los ojos verdes y estaba muy delgada. Ahora tenía el pelo mojado, se acababa de duchar y se había cambiado de camiseta. Seguía llevando una del Atlético de Madrid, pero era de otra temporada, de hecho, bastante más vieja. Pude ver que llevaba mi nombre en la espalda.

Me miró y se quedó sorprendida.

-Fernando Torres... - dijo susurrando

Le sonreí. Ella sacó un cuaderno y un bolígrafo.

-¿Puedes firmarme un autógrafo? - dijo cabizbaja.

-Claro. ¿Cómo te llamas?

-Amil.

Le dediqué el autógrafo.

-Mil gracias, Fernando. - dijo con una leve sonrisa.

Le abracé, ella me correspondió al abrazo y después se fue.

-Hacía mucho que no le abrazaban. - le dije a Olalla.

Miramos a nuestros hijos, que asintieron. Los cuatro queríamos a Amil en la familia.

La hija de Fernando (Antoine Griezmann)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora