(1 mes después...)
Narra Fernando
Hace una semana que Amil y Antoine cortaron. Se les veía bien, pero de repente Amil le dijo a Antoine que le dejaba. Antoine estaba destrozado y Amil llevaba la semana entera sin salir de su habitación.
No entendía por qué Amil había dejado a Antoine, así, de repente.
–¿Qué tal está Amil? –preguntó Anto con una sonrisa fingida.
–No ha salido de su cuarto desde que te dejó. –contesté sincero. –Suelo oírle llorar.
–No sé que hice mal, Fernando... –murmuró Antoine al borde de las lágrimas.
–No creo que Amil tomara esa decisión así, sin más. –dijo Godín metiéndose en la conversación.
–¿Puedo ir luego a hablar con ella? –preguntó Antoine.
Asentí y nos dirigimos al campo.
(...)
–Amil, por favor, sal. –repetí desde el pasillo.
No contestó, pero se oyó ruido.
–¿Por qué no sales?
Pasó un papelito por debajo de la puerta donde ponía: "Tengo miedo".
–¿Por qué dejaste a Antoine?
Noté como Anto se tensaba a mi lado.
–No le menciones, por favor. –dijo alargando un poco las palabras, como si estuviera borracha y se le notaban las lágrimas.
–¿Has bebido?
–Solo un poquito.
Me estaba empezando a preocupar, y Anto y Olalla también.
–Olalla. Dame una horquilla. –dijo Antoine en un susurro.
Anto, con mucha maña, logró abrir la puerta. Encontramos a Amil dormida en su cama con una botella de vozka vacía en el suelo.
Nos dirigimos a su escritorio, donde vimos varios periódicos y una carta.
Las noticias nos impactaron.
–Queda en libertad, Gustavo Walter, que fue detenido hace 12 años por matar a su mujer y maltratar a su hija de 3 años.
–Libertad por conducta ejemplar para Gustavo Walter, que busca recuperar a su hija, que ahora tendría 15.
El verdadero padre de Amil seguía vivo, y quería recuperar a Amil. Ahora entendía perfectamente porque Amil tenía miedo, porque había dejado a Antoine, y creo que él también lo entendió. Se acercó a Amil y se tumbó a su lado.
–Lee la carta en alto. –pidió Anto.
–Amil, cariño, no sé cuando leerás esta carta, pero espero que algún día la leas y entiendas todo.
Yo no quería tenerte, no quería que tuvieras una familia como la nuestra. Tu padre me obliga a hacer lo que él quiere a base de apuntarme con su pistola, y ahora me amenaza con matarte a ti.
Eres mi mayor tesoro, en cuanto pueda, te daré en adopción, pero el día que cumplas los 18, te estaré esperando en el km 0, para empezar de nuevo juntas.
Te quiero, mamá.
–Hay varias cartas. –dijo Olalla.
–Solo ésta está abierta. –dije yo.
Los tres miramos a Amil, que se movió y se acurrucó junto a Antoine.
–¿Qué pasa si el juez le da la custodia al verdadero padre? –preguntó preocupado Antoine.
–Que tendremos un gran problema. –dije yo.
Amil se movió bruscamente y se colocó un brazo sobre la cabeza.
–¡No me pegues! –gritó con lágrimas cayéndole por las mejillas. –Haré lo que sea pero no me pegues más.
Antoine le abrazó rápidamente y Amil despertó. Comenzó a llorar de nuevo en el pecho de Anto.
–No te merezco, Antoine. Has sufrido por mi culpa. Lo siento. –dijo Amil llorando.
–Prefiero sufrir contigo que reír con otra. –dijo Antoine para después besarle.
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La hija de Fernando (Antoine Griezmann)
أدب الهواةUna niña a quien nadie quería, hasta que ellos llegaron. Nunca había tenido una buena vida, la suerte siempre le había dado la espalda y ahora, le daba una oportunidad. Prohibida la copia total o parcial de la novela.