Cap 18

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Narra Fernando

No volvimos a ver a Amil desde que nos lo contó todo en mi casa después del partido. Ángel, el entrenador de las chicas, me dijo que estaba de baja por una lesión bastante grave, cosa que hizo que me preocupara más.

–Fernando, ¿qué te pasa? –preguntó Simeone al verme a punto de llorar.

–Tengo miedo, Diego. Miedo de perder a Amil. Fuimos a la policía, pero aún no tenemos nada.

–Pronto le encontraréis, estoy seguro.

Miré a la grada, donde estaba la amiga que Amil había hecho en el instituto, hablando con Theo Hernández, que había vuelto de jugar con el Alavés. A lo mejor ella sabía donde estaba Amil.

El entrenamiento acabó y tras ducharnos, nos dirigimos a la grada.

–¿Sabes algo de Amil? –le pregunté a María.

Bajó la cabeza evitando mi mirada.

–¿Sabes cuál es la lesión que tiene? –preguntó está vez Antoine.

–Realmente no es una lesión. –susurró.

–¿A qué te refieres? –dije frunciendo el ceño.

–Su padre le forzaba a menudo y las protecciones a veces fallan.

Antoine y yo abrimos los ojos más de lo normal.

–¿Sigue yendo a clase?

Negó.

–Tenemos que ir a buscarle ya. Su padre es capaz de matarle para no tener al niño.

Antoine echó a correr hasta su coche, agarrando mi mano para que le siguiera. Les grité un "adios y gracias" a María y Theo. Esperemos llegar a tiempo.

De camino llamé a la policía, que llegaron a nuestra misma vez. Rápidamente les expliqué la situación. Al entrar a la casa, escuchamos los gritos de Amil. Entramos a la habitación, donde Gustavo intentaba quitarle la ropa. Los policias fueron a detenerle, pero antes, Gustavo agarró a Amil y le puso la pistola en la cabeza.

Amil nos miró con miedo. Quería matar a ese hombre que le estaba arruinando la vida.

–Si os acercáis le mato. –dijo agarrándole más fuerte y Amil cerró los ojos.

Los policías bajaron las pistolas, Gustavo tiró a Amil al suelo y le disparó. Después tiró la pistola al suelo y se entregó a la policía.

–Te he dado lo que te merecías. Eres igual que tu madre. Eres una puta, como ella. Ahora quédate con estos futbolistas ricos, no te queda mucho de vida, y si vives tendrás algo que te recuerde siempre a mi. –dijo riendo ante Amil, que se retorcía de dolor en el suelo, mientras Anto y yo tratábamos de evitar que perdiera mucha sangre.

Los médicos llegaron y nos hicieron apartarnos. Se llevaron a Amil al hospital y nosotros pedimos autorización a la policía para poder llevarnos las cosas de Amil a mi casa.

(...)

Llamamos a las chicas y fuimos al hospital.

–Fernando Torres. –me llamó el médico.

Le seguí y me explicó la situación.

–¿Y bien?

–Ha sufrido un aborto, pero no tiene muchas posibilidades de sobrevivir. Estaba muy mal. Tenía muchas heridas internas, aparte de las externas. Podemos pasar a verle de dos en dos.

Antoine y yo pasamos a la habitación.

–Papá, Anto. –dijo con la voz débil.

–Ya está princesa. Ya se ha acabado todo. –dijo Antoine llorando.

–Absolutamente todo. –dijo susurrando y cerró los ojos.

Un pitido inundó la habitación. ¿Era esto el fin?

FIN

La hija de Fernando (Antoine Griezmann)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora