Capitulo 2

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Mientras estaban en el camino a la casa de Mike para buscar sus cosas para ir al aeropuerto, Malak se había dormido en en asiento de atrás todavía no muy confiada de su nuevo acompañante de vida. Mike hacía llamadas mientras manejaba y la miraba varias veces por el retrovisor con cierto cuidado de no tener un accidente.

Y se preguntaba:"¿Cómo alguien tan inocente y pura le pudieron hacer tanta mierda?"

***

Cinco años después...

-¿me puede dar unas pastillas para el estrés y dolor de cabeza?-le pregunta un hombre musculoso de traje gris, con gafas de aviador negro a la vendedora.

-claro.-la vendedora extrañada por la vestimenta del cliente; busco el empaque, se lo dió, él lo paga y sale de la farmacia dirigiéndose a el auto.

Prende el motor y se dirige a la mansión que quedaba a unos cuantos kilómetros para llegar a ella.

Llega al gran portón negro, da su identificación, sale un gran grupo de hombres formados, vestidos igual que el susodicho, se acercan a el auto. Lo revisan completamente hasta los faros del auto para asegurar la seguridad.

Cuando terminan se forman en fila aun lado del camino de piedras planas en la entrada, el carro pasa sin ninguna preocupación, al frente de la enorme entrada le dió las llaves al portero que de lo llevaría a garaje.

Entra a la casa viendo primeramente la enorme sala de estar, es preciosa, de colores claros vivos y pinturas extraordinarias de diferentes pintores reconocidos del mundo, que valen más de medio millón de dólares cada pieza. Los pasillos largos y anchos, con cada pilar una planta de la misma flor.

Una orquídea.

Una flor con extraña belleza, atrapante por su color morado que lo hace más bello, delicada con un olor exquisito asiendo que cada rincón de la mansión sea agradable.

Sigue caminando por el enorme pasillo hasta llegar a la cocina y encontrándose con las mucamas de la mansión.

- hay que entregárselo a la señorita Malak, ¿se lo podría entregar alguien? -lo dice en voz alta esperando a que alguien haga el recado.

Una levanta la mano.

>>se lo lleva cuando sea la hora del almuerzo, gracias-esta asiente, y todos vuelven a sus qué aceres.

***

(POV Malak)

Tocan la puerta de mi cuarto, no se quién es, y desconfío de ella.

-Señorita, ¿está ahí?-dice Magdalena, una de las mucamas de la casa que lleva unos años antes de que viniera. Agarro mi cobija y me vuelvo una pelota de tela.

>>debe comer, por favor déjeme entrar-dice cansada por mi terquedad, sabe cómo es mi carácter a la hora de comer. Ella me dice que me volveré anoréxica, sino cómo, pero tengo una leve repulsión a la comida.

Ella no entiende, nadie entiende.

-pase-.dije finalmente, igual lo iba a dejar ahí.

Me destapo un poco la cabeza para verla entrar a mi habitación con una bandeja tapada, mientras se acerca puedo sentir un olor exquisito de la sopa de pollo, mas no la quiero, y me vuelvo a tapar sumergida en un silencio, pero siento que deja la bandeja en mi mesita de noche.

Espero a que se valla mas no escucho sus pasos, me inquieta que no se valla me gusta estar sola, pero sigo en silencio.

-no me voy a ir hasta que coma un poco de su almuerzo-bueno se tendrá que quedar todo el día ahí porque no comeré nada.

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