¿Qué Ocultas? (Sasuke)

Capitulo 6

Tercer día en la Academia. Te quiero, y un hasta pronto.

Narra Nekishy.

Luego del día anterior, me sentí algo incomoda al saber que Sasuke sospechaba de mi, y por mas que no quisiera en algún momento me descubriría.

–Neki-sama... –escuché llamarme alguien, sacándome de mis pensamientos.

Respiro hondo.

–Dime kishi...–respondo.

Mi sombrero se ilumina, transformándose en un gato violeta, y mirarme.

–Quizas ya sea tiempo de que deje de temer hacerle daño a las personas –dice para luego ver como hago una mueca– Ya han pasado 55 reencarnaciones, es hora de dejarse amar, ¿no lo cree? –pregunta kishi.

Suspiro fastidiada.

–Quizás, pero... ¿y si mi corazón no es correspondido?, ¿Que pasará si amo a esa persona y luego lo lastimo?–niego con la cabeza– no deseo lastimar a nadie y me conoces bien.

El solo asiente, pero me mira.

–Lo se, pero la falta de amor de pareja la esta dejando sin sentimientos, y no quiera tratar de negar que no es cierto –dice al ver índice de negación –sabe de lo que hablo, el sentimiento que  últimamente a esta sintiendo, no es un temor o estrés –dice bufando.

¿Pero que? ¿Acaso el sentimiento raro que sentí ante no fue temor?

–Habla con claridad kishi –exijo.

Él chasquea la lengua.

Ese es la misma reacción de sasuke, cuando se fastidia...
¿Pero que?...porque pienso en él.

–No entiendo como a pesar de haber reencarnado varias veces aún no te percatas de cuando te gusta un chico –bufa kishi– es decir...se supone que eres una mujer deberías saberlo

Lo miro incrédula, esta bien decir que he vivido muchas vidas, pero eso no quiere decir que sepa absolutamente todo.

–Tks...kishi, no soy experta en el amor, ¡Entiéndeme! Se supone que eres mi guardián espiritual, que lo deberías saber, sabes que no tuve la madre para que me enseñara eso –digo en tono melancólico

De tan solo recordar las veces que estuve con mi madre...con aquella que pensé que me amaba...

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Me encontraba tratando de recuperar aliento tirada en el piso.

–Mocosa, ¡levántate! Ni siquiera sirves para luchar –dice una voz femenina con desprecio.

Levanto mi mirada con lágrimas en los ojos.

–¿Porque madre... Porque no me quieres? –musité una pregunta.

Ella ríe con rencor.

–Eres solo una maquina de matar, eres la maldición en persona, un monstruo que solo sirve para matar no para amar –dice seca– Además que me arrebataste una vida por delante, ¡yo no deseaba verte nacer! –grita con rencor.

Cada palabra, cada frase, cada sentimiento que recibía de ella, era un kunai dirigida a mi corazón, incrustada una y otra vez en la misma herida.

–¡No tengo la culpa que no te matarás antes de que naciera! Quizás sino te hubieras relacionado con un mago casado, esto no hubiera pasado –respondí sincera.