"HERATSMITH" se leía en una placa de oro colocada encima de una gran puerta de madera con grabados abstractos. Dio un toque a la puerta y entro a la estancia.
Donde alcanzo a ver a un muchacho de más o menos su misma edad, castaño y tenía puestas unas gafas de piloto con cristales rojos.
-Um, ¿Disculpe?
Llamo el rubio al que parecía ser el supuesto herrero.
-¿Hum?
Fue lo único que salió de la boca del moreno, justo antes de exclamar:
-Oh, ¡Un cliente!
Sonrió entusiasmado el moreno, como si no hubiese tenido un cliente en mucho tiempo.
-Bienvenido ¿Qué puedo hacer por usted?
Pregunto sin quitar su alegre sonrisa.
-Una jovencita me conto que usted reparaba corazones.
Explico el nuevo cliente del herrero, mencionando a la chica pelirroja que le mostro el camino hacia el castaño que ahora tenía justo en frente.
-Sip, ¡Eso es lo que hago!
Exclamo, orgulloso de su oficio. Y se señalo al añadir:
-Soy el herrero de corazones. Gusto en conocerte.
-El gusto es mío.
Los dos se adentraron a lo que parecía ser el taller del herrero.
-Y...¿Cuál es el problema?
Pregunto el herrero ante su nuevo cliente.
-Este...
Dijo el rubio mostrando entre sus manos un corazón roto que representaba un amor pasado muy duro y triste, demasiado para recordarlo. Quizás por eso el rubio coloco en su rostro una mueca de profundo dolor.
-¡Valla, tío!.. Se ve muy estropeado.
Comento con desagrado el castaño mientras se colocaba el índice y el pulgar entre la barbilla, para dar un gesto pensativo.
-Entonces ¿No se puede hacer nada?
Pregunto el rubio aun con aquel triste corazón roto entre las manos. Relajo los hombros y coloco de nuevo en su rostro la mueca triste de antes.
-Yo no he dicho eso, aunque si me llevaría un tiempo.
Hablo el castaño con una sonrisa esperanzadora en un intento de animar a su nuevo cliente.
-Eso... Sería un problema.
Dijo el joven rubio aun mas deprimido que antes, ya empezaba a pensar que cada vez que encontraba solución a sus problemas aparecías otros diez mas.
-¿No será que planeabas casarte?
Pregunto el herrero en un nuevo intento de animar al que empezaba a ser un amigo por momentos.
-Si... De hecho.
Respondió el rubio con una sonrisa perezosa al recordar a su prometida.
-¡Oh valla! Enhorabuena.
Dijo el castaño revolviéndose el pelo con desgana algo cansado de la conversación, ya que por mas que lo intentaba su acompañante no lograba animarse.
-Aunque... A poco tiempo de la boda me encuentro con este corazón incapaz de amar.
Hablo sonriendo con ironía pero su voz delataba su tristeza.
-Ya veo cual es el problema.
Hablo el herrero comprendiendo el problema de su situación.
-Podrías dejarlo aquí un rato.
Comento el castaño planteando mentalmente el tiempo que le llevaría aquella tarea.
-No te prometo nada pero hare mi mejor esfuerzo.
Explico el moreno a lo que el rubio no supo contestar con otra cosa mas que un "gracias" acompañado de una tímida sonrisa.
-Cuento contigo herrero de corazones.
-Cuidare bien de él.
Dijo cuando el rubio le entrego el triste corazón. Y añadió:
-No se cuando pueda estar listo así que pasa por aquí mas tarde cuando tengas tiempo.
-Lo hare.
Y dicho esto el rubio se fue de aquel lugar dejando detrás de si aquel taller tan curioso.
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El Herrero De Corazones
Short StoryUn joven busca con desesperación ayuda para arreglar su roto corazón y siguiendo el camino indicado por cierta chica pelirroja lograra encontrarla.