Llorar. Era lo único que podía hacer el herrero, se sentía profundamente dolido y solo una chica pelirroja de ojos claros se dio cuenta de ello.
-Pobre herrero de corazones.
Dijo la voz dulce y suave que se oía en el mercado vendiendo corazones, aunque ahora se notaba cierta decepción en su voz. El herrero alzo la mirada llena de lágrimas.
-¿Por qué siempre le das a otros partes de tu propio corazón?
Pregunto la joven con curiosidad, ya que no lograba entender porque le regalaba a la gente pedazos de su corazón aun sabiendo que eso lo lastimaría.
-Mira quién habla.
Respondió con ironía secándose las lágrimas y volviendo a colocar en su rostro una sonrisa.
-¿Cómo puedes ir por ahí vendiendo corazones cuando tú no tienes uno propio?
-Eso es porque ninguno es compatible conmigo.
Rebelo la joven al herrero desviando la mirada.
-Ya veo...
Ahora era el herrero el que apartaba la vista.
-Entonces dime.
Hablo el castaño secándose la última lágrima que resbalaba por su rostro.
-¿Sera que este corazón si lo es?
Dijo el herrero entregándole a la joven su propio corazón, mientras se arrodillaba ante ella.
-¿Me estás dando tu corazón?
Pregunto la joven aun sin creérselo y al borde del llanto.
-Si... Solo si está bien para ti.
Comento el herrero mirando por última vez aquel corazón generoso que tanto daño le hacía.
-¡Muchas gracias herrero de corazones!
Exclamo la joven saltando sobre él para abrazarlo si poder cesar su llanto.
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El Herrero De Corazones
Short StoryUn joven busca con desesperación ayuda para arreglar su roto corazón y siguiendo el camino indicado por cierta chica pelirroja lograra encontrarla.