🍀Algo inesperado🍀

267 20 4
                                    

Nota rápida: Como puse en el capitulo anterior todos los capítulos que tengan el emoji de trébol ya están editados si encuentran más adelante una incongruencia en la historia es porque esta en proceso de edición quitaré las notas cuando este totalmente editada.





El reloj que estaba colgaba justo en la entrada del departamento esmerada marcaba las 8:10 lo que significaba una cosa para Onodera Ritsu: hora de escabullirse, el castaño aprovecho que Takato-san estaba distraído hablando con alguien de la sección de ventas para tomar sus cosas sigilosamente y caminar lo más rápido posible al elevador.

< Por favor cierra de inmediato tengo prisa>

Pensaba el pobre chico mientras apretaba el botón de planta baja con algo de prisa y con los nervios a flor de piel ya que Masamune hablar con aquella persona y fijó su mirada en el ascensor.

— No puede ser. — Comento en voz baja a ver como el azabache se dirigía a paso veloz a donde estaba él.

— Ritsu me debes una... — Ya no pudo terminar su oración puesto que al parecer alguna entidad divina al fin estaba del lado de Onodera pues las puertas de metal se habían cerrado antes de Takano-San pudiera llegar.

Paso un rato y las puertas se volvieron abrir, pero ahora en el piso que había solicitado el castaño, pero como medida de precaución, aunque sabía que era imposible que Takano-San lo alcanzara, comenzó a correr a toda la velocidad que le daban sus piernas hasta la estación de tren.

Una vez dentro del vagón pudo sentirse a salvo y respirar tranquilo, así que con el ritmo cardiaco más calmado se puso a planear en su cabeza si llevar algún postre para su hermana para darle una bienvenida digna, pero no sabía exactamente lo que le gustaba actualmente puesto que ya no la conocía perfectamente como lo hacía en aquel pasado lejano de la secundaria.

<Supongo que puede ser algo sencillo como donas>

Salió de sus pensamientos en cuanto llegó a la estación que le correspondía bajar, afuera de la estación no lo pensó dos veces y se dirigió a esa panadería que estaba en frente, nunca la visitaba, pero era una ocasión que lo ameritaba. Dentro pidió una caja de donas con azúcar puesto que eran las más económicas y las más populares, la cajera le entregó su orden y recibió el dinero y sin más paradas se dirigió a su departamento con una pequeña sonrisa en sus labios.

— Estoy en casa Hami-chan. — Dijo en voz alta desde la entrada mientras se quitaba los zapatos para colocarse unas pantuflas negras en su lugar.

— Bienvenido Ricchan.

El castaño se dirigió a la cocina de donde se desprendía un delicioso aroma, al entrar se encontró con su gemela preparando un delicioso menú para la cena:

— Valla, no tenía que molestarte eres mi invitada.

— Por lo que vi en tu departamento se nota que no pisas la cocina muy seguido. — Comentó divertida mientras terminaba de saltear los vegetales. — Y no pienso arriesgarme a morir intoxicada.

El castaño un poco ofendido, pero a la vez dándole la razón la miró rodando los ojos y negando con la cabeza mientras colocaba la pequeña caja blanca en la mesa.

Sekaiichi Hatsukoi La hermana de Onodera Ritsu [En proceso de edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora