Cap1: Preparación.

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Capítulo 1: Preparación.

—¿Aún no despierta?

—Aahh... No, no se sabe cuándo podrá despertar. Lleva durmiendo 2 semanas...

—¿Y qué más esperabas? Con ese grado de shock mental y la profundidad de su herida...

—Tiene razón, doctor, pero... ¿Era necesario colocar "eso"?

—Completamente. Si no lo hubiéramos hecho, el pequeño habría muerto.

Tanto bla bla bla... ¿no se callaban nunca?

Comencé a moverme de allá para acá con molestia, yo sólo quería seguir durmiendo.

—Oye, ¿estás despierto? ¿Te sientes bien? —dijo un hombre con un sutil tono de preocupación en su voz.

—¡¡Mmhhh!!

Hice un sonido de molestia mientras me tapaba hasta la cabeza con las sábanas.

—Oye, despierta —dijo nuevamente el hombre arrancando las sábanas de mis manos y dejándome totalmente descubierto, —¡Hey! ¡¿Qué te pas-... ¿Quiénes son ustedes?

En frente de mi habían dos hombres; un hombre alto de mirada fría, oscuro cabello y barba con algunas canas ya visibles, tal vez de unos 39 años, mientras me observaba expectante por lo que haría, introdujo sus manos en los bolsillos de su bata.

El otro hombre me miraba amablemente, parecía comprender que yo, al ser un niño, estaría atemorizado por estar en un lugar que no conocía; vestía de negro, algo así como un traje de seguridad. Era claramente más joven que el otro caballero, parecía tener 25 o 26 años, su cabello rubio y con tenues rizos lo hacía ver divertido.

Observé a las dos personas atónito, ¿quiénes eran? Y...

—O-oigan... ¿dónde está mi mamá? —pregunté asustado. Tal vez, sólo tal vez, todo había sido un sueño.

—Lo lamento niño, pero tu mamá ya... —susurró el hombre de traje negro con mirada decaída, mientras se sentaba suavemente en la camilla para quedar a mi altura y acomodar su mano izquierda en mi hombro.

—N-no... ¡¡mi mamá no puede estar muerta!! —me alteré.

Recordé todo, todo lo que había sucedido, como si de una película se tratase... y comencé a llorar.

—¡Niño! ¡Cálmate y escucha! —exclamó el caballero de traje mientras me agarraba de los hombros para que fijara mi mirada en él.

—¿Tú llamaste al laboratorio Pensilcon? —preguntó el hombre de bata.

—S-si... ¿quiénes son ustedes?

—Así que eres tú... ¿tú eres Isaac Lainter? —volvió a preguntar.

—Si... soy yo, ¡¿pero quiénes son ustedes?! —me volví a alterar, quería respuestas, entender la situación que a mi corta edad, no lograba comprender.

—Ahh... —suspiró el hombre de bata mientras se cruzaba de brazos, —somos las personas que llamaste, decidimos ir a ver qué tan urgente era la "ayuda económica" que necesitabas, claramente... Era muy urgente.

—Entonces... Ustedes son...

—Si, Isaac, nosotros somos del laboratorio Pensilcon —dijo el hombre que se había colocado a mi altura, —mi nombre es Adam Rose y trabajo en este lugar, encargado de la seguridad.

Adam me miró con una sonrisa, para luego regresar a su altura normal.

—Yo soy Charles Hakobs, segundo al mando de este laboratorio. —se presentó el hombre de bata.

IsaacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora