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"Ahora busco en cada lugar solitario. En cada esquina grito tu nombre; tratando de encontrarte, pero no , ¿adónde van los corazones rotos?"

La expresión en el rostro de Scott todavía me carcomía, él se había confesado el día anterior y yo lo único que había hecho era pisotear sus sentimientos aceptando una salida con Connor, ¿acaso se podía ser tan idiota?

Durante el almuerzo había pensando mucho en eso, Scott era un buen chico, pero no estaba segura si yo sería buena para él. Quizás lo mejor que podía hacer era alejarme aunque... No quería eso en lo más mínimo.

Un grito me sacó de mis pensamientos. Estaba con Ellie y Ada almorzando en la cafetería con nuestros otros amigos y, uno de ellos, se estaba burlando de otro... O algo así, la verdad es que me había ido por completo de la conversación.

—Estoy seguro que le gusto, ¿han visto como me mira? —dijo Ryan.

—No te está mirando —comentó Sophie.

—Ha estado acosándome las últimas semanas, tengo que hacer algo, estoy harto de esto.

—Quizás hablar con él de forma civilizada, sería una buena opción —respondió Ada.

Según había entendido, había un estudiante interesado en mi amigo, pero por lo que nosotros podíamos notar, era él quien en realidad estaba interesado, pero jamás lo admitiría en voz alta. Estaba segura que no había nadie más homofóbico que él. Y bueno... Quizás sus padres.

Ahora que lo pensaba, no había hablado con Ryan hacía tiempo y aún no lograba descubrir la verdad de sus gustos sexuales. Antes nos contábamos todo, pero con el tiempo la amistad se fue deteriorando. Lo quería, pero ya no éramos tan cercanos.

Yo creía que a él le gustaban los chicos, pero lo único que hacía era burlarse de ese muchacho sentado a dos mesas de distancia de nosotros. Ese chico era Matthew Leigh, me llevaba un año de diferencia y era uno de los tipos más listos que conocía. Era realmente apuesto, tenía cabello castaño y corto y unos hermosos ojos celestes bastante claros. Solo habíamos hablado un par de veces, pero toda la escuela sabía que le gustaban los chicos.

—Déjalo en paz, ni siquiera te está prestando atención, creo que tiene novio —me escuché decir.

—Oh, vamos, Ash. ¿No viste cómo me ve cuando nos encontramos en el pasillo por accidente? —contestó Ryan.

—¿Como a una persona normal? —pregunté con una ceja alzada.

—Estás prestándole mucha atención, ¿no crees? —interrumpió Ellie.

Todos en la mesa soltamos una carcajada y Ryan frunció los labios viéndonos con desaprobación. No tenía idea de qué le pasaba, pero quizás ese chico le gustaba y era al revés de como él lo contaba.
¿Lo molestaba solo para llamar su atención? Podía ser un buen método.

El resto del día terminó bien, no volví a cruzarme con Scott y mis amigas me habían distraído para que no estuviera pensando en él, ya sabían absolutamente todo, y es que tenía que contárselos para que me ayudaran con la situación.

Ellie y Ada pensaban exactamente igual, ambas creían que debía darle una oportunidad a Scott, el chico parecía interesado en mí con todo lo que había hecho y, sin duda, era buena persona, apuesto y decían que cuidaría de mí. Pero yo tenía tantas dudas que no sabía bien qué debía hacer o qué pensar. También, se habían encargado de regañarme lo suficiente para hacerme entender que salir con Connor solo empeoraba las cosas, pero ya había aceptado y no había marcha atrás. Solo sería una vez, ¿qué tan malo podía ser?

Eɴᴛʀᴇ Pɪʀᴀ́ᴍɪᴅᴇsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora