CERRANDO UN CICLO.

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– No me mires de esa manera Vero, no es momento de ponerse como la mujer mal herida – desvió su mirada y la dirigió al suelo desconcertada – así es, la correcta Camila se acostó con otra mujer que no eras tú y varias veces, y así como te lo confieso, también te digo que sentí remordimientos, pensaba que no te merecías algo así, jamás reflexioné que lo nuestro ya se había acabado mucho antes de que élla apareciera, que nuestro amor se había esfumado sin darnos cuenta.

– ¿Quién es élla?, ¿la conozco? – preguntó seria mirándome de nuevo.

– Eso no te lo voy a decir, sólo te aclararé que no es una de tus mejores amigas.

– Sé que fue un gran error de mi parte involucrarme precisamente con ella, pero te juro que no lo planeé.

– No creo que alguien planeé engañar a su pareja, eso sí sería demasiado ruin, yo tampoco lo tenía planeado, simplemente se dio.

– Tan siquiera dime que la amas, no soportaría que lo hayas hecho sólo por despecho a causa de mi distanciamiento.

– ¿Tú la amas a ella?

– No sé, sí sentía algo, la verdad, no sólo estaba con ella por el sexo, pero después de la faceta que hoy descubrí, no puedo querer a alguien así, alguien que fue capaz de mentir mil veces sólo por salirse con la suya, que ni siquiera le preocupa decir todas esas barbaridades enfrente de su hija.

– Yo sí lo hice al principio por soledad, pero ahora... creo que sí la amo.

– ¿Y élla a ti?

– Creo que también, no estoy muy segura, hace poco que la conozco.

– Lo que sí quiero aclararte es que nunca hubo otras, ella lo dijo por rabia.

– Eso ya no importa Vero, si ella fue la primera o la décima, ya da igual.

– ¿Qué nos paso Cami?

– Es lo mismo que me pregunto, no sé, quizá la rutina, teníamos trazado un plan casi perfecto, pero no contemplamos otras posibilidades, pensamos que siempre estaríamos juntas y dejamos enfriar la relación, no imaginamos que otras personas se cruzarían en nuestras vidas y cuando sucedió, nos dio miedo que eso sólo fuera una ilusión y lo nuestro era algo real, un puerto seguro, como dicen, creo que sólo seguíamos juntas por costumbre y a veces eso es más fuerte que el amor.

– ¿Eso es lo que tú pensabas cuando la conociste a élla?

– Sí – me quedé callada unos segundos – la soledad es mala consejera y al final siempre le tenemos miedo a que sea la única a nuestro lado.

– ¿Sabes?, no te culpo que hayas caído en los brazos de otra, yo me lo gané a pulso y creo que tienes mucha razón en lo que dices, tú y yo nos conocemos bastante bien, sabíamos que tanto podía aguantar el otro y me confié, sólo espero que me perdones algún día y que podamos seguir siendo amigas.

– Yo también espero que tú me perdones, creo que no debemos buscar culpables, una relación es de dos y si fracasa o triunfa es responsabilidad de ambas, creo que yo también permití que el fuego se apagara, dejé de hacer muchas cosas, incluso no te recriminaba tus ausencias, ¿cómo ibas a evitarlas si veías que a mí no me importaba?

– Lamento mucho que lo nuestro haya terminado así.

– Yo también lo lamento, pero mejor ahora, antes de hacernos un daño irreparable, creo que con el tiempo podremos volver a ser amigas, por ahora es mejor que no nos veamos, es lo más sano si es que queremos rescatar al menos la amistad.

– Tienes razón, creo que debo estar sola un tiempo.

– Creo que yo también.

– Nos vemos Camila y en verdad perdóname, yo a ti te perdono porque sé que si todo hubiera estado bien entre nosotras no hubieras andado con alguien más.

Mi Ardiente Tentación (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora