Capitulo 3. Una noche mágica.

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—¿Quieres cenar? —Keunsuk sonrió mientras me preguntaba.

Él siempre sonreía.

—Claro, muero de hambre —le contesté respondiendo a su pregunta.

—Me gusta que me digas que si a lo que quiero compartir contigo, eres muy especial —y no pude evitar perderme en su mirada, mi corazón comenzó a palpitar como loco y de pronto sentí como el rojo apareció en mi rostro.

Me dio su brazo para ir junto con él y sin dudarlo me abrace de él. Caminamos hacia su automóvil cuando una voz interrumpió nuestro danzar.

—¿Puedo acompañarlos? —y reconocí la voz que provenía de atrás de nosotros; era Siwon y parecía molesto y muy retador… Keunsuk giro sin dejarme soltarlo y me guió con él para enfrentar a mi mejor amigo molesto, yo comencé a temblar, no esperaba está reacción de él y no sabía qué hacer, pero Keunsuk en ningún momento dejó que yo flaqueara y le contestó.

—¿Tienes tiempo? ¿No tienes que ir a ver a Yang Mi? —Siwon no esperaba tal respuesta así que cambio su semblante y ya no estaba tan molesto, parecía aturdido, no esperaba esa respuesta.

—Hoy no tengo que verla —respondió algo apenado.

—Vaya eso es buena suerte para nosotros ¿Cierto Nina? —y giro su mirada hacia mí, mi corazón no dejaba de latir a mil por hora, estaba tan estupefacta que no reaccionaba como debía solo me límite a asentir y baje la  mirada.

Siwon observo mi comportamiento y sabía que eso me estaba afectando y mucho, después de un largo minuto en silencio, Siwon nos dijo.

—Es mejor que me vaya, salgo sobrando aquí —y se marchó caminando con paso veloz y lo vimos desaparecer entre los automóviles del estacionamiento, Keunsuk se puso frente a mí.

—¿Estás bien?, Lo siento no quería… —su mirada era tierna, estaba preocupado, sabía que no era fácil para mí estar cerca de Siwon, yo no sabía que decirle, dentro de mí las emociones y sentimientos viajaban de una lado a otro y no sabía ni como me encontraba, esa era la verdad ni siquiera sabía mi estado emocional, no dejo de mirarme y comenzó a frotar sus manos sobre mis costados para calmarme lentamente, debo admitir que quería un abrazo de él, pero sí se lo pedía probablemente lloraría en sus brazos y Keunsuk no merecía eso, no merecía que yo llorara en sus brazos por otro hombre.

Intentó abrazarme después de unos minutos, pero no lo deje, sólo moví mi cabeza de un lado a otro y el sonrió sin soltarme de los costados y después me condujo al automóvil y mientras el rodeaba el auto para subir yo limpie algunas lágrimas que había derramado, tenía que ser mas fuerte tenía que lograr calmar y reprimir ese sentimiento de dolor.

—Quiero pedirte un favor —me dijo él con voz seria yo sin mirarlo asentí —Quiero que esta noche solo pienses en mí, a partir de este momento quiero que solo seamos tú y yo, ¿Puedes concederme ese deseo? —esperó a mi respuesta sin esperar mucho.

—Si, puedo hacerlo —le dije mirándolo mientras él conducía, era agradable pasar el tiempo con él así que le debía eso como mínimo y lo iba a conseguir.

Aparcó en un lugar el cual no conocía, pero la vista era hermosa desde afuera y me percaté en cuanto baje del auto que estaba desierta, sí es decir, que él había rentado el lugar para nosotros dos, se acerco a mí y me tomo de la mano guiándome hacia la entrada.

—Este es mi segundo lugar favorito, cuando quiero sentir que estoy en un hogar vengo aquí, la comida es exquisita —Sonrió mientras me contaba su segundo secreto.

—Es muy bello, cualquiera se sentiría como en casa viniendo aquí, Gracias por mostrarme otra de tus cosas favoritas —y sonreí de verdad estaba más tranquila e iba a conseguir que esta noche fuera especial. Entramos y ya nos esperaba un grupo de empleados, en cuanto Keunsuk me ayudo a sentarme comenzaron a atendernos tan espléndidamente.

—¿Qué prefieres? Te aconsejo comer el Bibimbap es delicioso.

—Está bien quiero eso —y sonreí, él pidió lo mismo.

Comimos muy tranquilamente tomando Soju para acompañarlo, comencé a sentirme un poco mareada y deje de tomar, él solo bebió dos tragos pues tenía que conducir, conversamos de sus viajes y proyectos que tenía en puerta, todos muy interesantes.

—¿Puedo preguntarte algo? —me dijo un poco pensativo, esperaba que no fuera algo relacionado con Siwon porque no quería arruinar la bonita velada.

—Si, claro —y lo miré esperando a su pregunta.

—¿Por qué Seúl?, es decir, ¿Por qué cambiaste todo para venir aquí? —yo medite un poco antes de contestar.

—Seúl es como mi segundo hogar, cuando era pequeña aprendí el Hangul porque fui criada por una coreana que me adopto y siempre tuve el sueño de venir aquí y conocer el país en donde mi madre había crecido —él se quedó pensativo, tanto que se le arrugó el ceño tratando de no mostrarse tan curioso lo cual no le funcionó mucho.

—¿Eres adoptada?

—Si, desde que tengo uso de razón sé que mi madre era adoptiva pues obviamente era de percatarse ya que yo no tengo la característica que define a los asiáticos de los demás continentes, los ojos rasgados, además mi madre nunca me mintió y eso le admiré siempre porque a pesar de no ser mexicana ella me crió como a su propia hija aunque no lleváramos la misma sangre —sonreí de felicidad pensar en mi madre me hacía sentir realmente orgullosa y afortunada, siempre había querido una familia y ella me lo había concedido, ella había sido la mejor mujer.

—Tengo mucha suerte de conocerte, soy tan afortunado que no me lo creo —me dijo mirándome detenidamente, eso me hizo estremecer pues no creía que mereciera tanto por nada, tan solo habían pasado 24 horas desde que nos habíamos conocido y parecía que ya teníamos toda una vida de conocernos, era muy extraño pues con él podía hacer cosas o decir cosas que con los demás no, ni siquiera con Siwon que había sido mi primer amor desde que tenía 16 años.

—Gracias.

—No, gracias a ti, por permitirme conocerte, sabía yo que no me iba a arrepentir, aunque debo confesar que ayer en la noche no fue la primera vez que nos vimos, bueno a decir verdad yo ya te había visto con Siwon en la presentación del quinto disco, pero después de enterarme de que te habías alejado de él y que no lo visitabas como antes, pensé que no volvería a verte de nuevo —e hizo una pausa como tratando de calmarse pues su semblante parecía nostálgico —cuando te vi llegar con él a mi celebración me emocione mucho y quise que me conocieras ya no bastaba con solo mirarte ahora quería que tú supieras de mí —bajo un poco la mirada pues parecía avergonzado —pero también me embargó un sentimiento de enojo pues estabas con él y los dos parecían muy contentos, eso me desanimo un poco, pero al mismo tiempo me daba felicidad de ver a mi mejor amigo contigo y cuando vi que Yang Mi se acercó a ustedes temí por lo que podía pasar y pues lo demás ya lo sabes –yo no daba crédito a lo que escuchaba él ya me conocía desde mucho tiempo antes y yo no me había percatado de eso, me sentía mal pues yo siempre lo había admirado y ni siquiera me había dado cuenta que él anhelaba conocerme. Y mi semblante desmoronó, y él se dio cuenta —No tienes porque poner esa carita —su mano se posó en mi mejilla tratando de hacerme sonreír yo sentí electricidad cuando él hizo eso y como por arte de magia sentí mis mejillas enrojecidas y baje la mirada avergonzada.

Él sonrió extasiado y vi brillar sus ojos de nuevo, estar con él me hacía sentir como si nada más en el mundo existiera.

Después de un largo rato de conversar salimos de ahí, se sentía el frio viento y corrimos hacia el auto ya que ninguno de los dos traía con que abrigarse, condujo hasta la entrada del edificio y me acompaño hasta la puerta de la entrada.

—Gracias nuevamente por dejarme acompañarte —tomó mi mano mientras me agradecía.

—Gracias a ti, por permitirme sonreír una vez más —sujeté su mano y la apreté con cuidado, él hizo lo mismo y nos quedamos mirando por segundos que parecían una eternidad, como si el tiempo se hubiera detenido, sentir ese escalofrío recorrer mi cuerpo era bastante lindo y quería seguir sintiéndome de la misma forma Él lo había logrado y ahora no lo dejaría por nadie ni por nada del mundo.

Un príncipe me salvó la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora