Prólogo

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Para viridixnx_crystxllizationKookieBoy y _NamKyu, con todo mi cariño y mi poco talento en comedia.




Cuando dije aquello sobre los bebés el otro día, no lo había dicho de forma literal, era más bien una forma de reírme con JiMin de mi pésima suerte, sin embargo, la gitana que nos escuchó en la calle no pensaba lo mismo.

Me habían negado el trabajo en la quinta empresa a la que iba en esa semana, y mi amigo –quien era también mi compañero de piso- se había ofrecido a invitarme a comer para aliviar la pena que mi desempleo me generaba; íbamos platicando en la calle cuando una mamá con su bebé caminaba hacia nosotros, el niño era precioso, con sus ojos brillosos mirando todo y a todos, acostado como todo un rey en su carriola mientras bebía animado de su biberón, sin preocupaciones, deudas, corazones rotos y sobre todo, sin rechazos, ¡todos amaban a los bebés!, seguramente él hubiese conseguido el empleo...

Pffff, suspiré derrotado, ganándome una palmada de JiMin en el hombro y una sonrisa ladina que intentaba reconfortarme, sin éxito alguno, porque cada vez que veía a mi amigo recordaba lo perfecta que ahora resultaba su vida y me daba un poco de envidia.

—Tranquilo, Kookie, estas cosas así son, parece difícil, pero cuando menos te lo esperes habrá algo para ti —claro, lo decía alguien que tenía un trabajo genial en una empresa musical, JiMin era coreógrafo de algunos grupos de idols y, por si fuera poco, acababa de iniciar una relación con un productor musical guapo y famoso, y yo... bueno, yo acababa de obtener mi título en administración de empresas pero ningún contrato todavía y debía pagar la renta.

—¿Sabes, JiMin?, a veces quisiera ser un bebé de nuevo, ellos no sufren, no tienen de qué preocuparse, no pagan renta, los alimentan y ¡hasta los visten! —íbamos tan ensimismados el uno con el otro que no nos dimos cuenta que una señora iba a nuestro lado bastante atenta a nuestra conversación, JiMin ya me conocía, así que probablemente se esperaba uno de mis típicos comentarios a continuación, por lo que me alentó a seguir con un mmh—. Luego me acuerdo que son molestos, lloran por todo y que apestan a caca y se me pasa...

Podría ser una tontería, pero aquello, en mi situación me sacó bastantes carcajadas, igual que a JiMin, quien se palmeaba uno de sus muslos intentando controlar su risa.

—Doy gracias a Dios todos los días porque soy gay, ¿te imaginas que tuviese que cuidar una de esas criaturas cagonas?, ¡já!, eso es trabajo de mujeres.

Y probablemente si hubiésemos estado más atentos a nuestro alrededor, observaríamos lo ofendida que se había puesto la señora que iba a nuestro lado, quien para nuestra mala (o buena) suerte, era gitana.

—¿Cómo se atreven, chamacos malcriados!, ustedes salieron de una mujer, ¡el patriarcado de hoy! —los gritos no nos detuvieron sólo a nosotros, sino a toda la gente que pasaba por ahí, unos asombrados y otros enojados porque seguramente habían estado escuchando nuestra conversación como los chismosos que eran.

—Disculpe, señora, pero mi ami-

—¡PERO NADA!, ¡MARDICIÓN GITANA, PA TI! —y sí, sé que te da risa, porque a mí en su momento también me dio mucha, porque, ¿gitanos en Corea?, JiMin no aguantó mucho antes de reírse a carcajadas de nuevo y yo lo seguí sin poder evitarlo, ajenos al problemón en el que nos habíamos metido.

—Sí, ustedes rían, que yo me reiré más y mejor el día de mañana —y con el dedo en alto, después de regañarnos/hechizarnos, nos dio la espalda y se marchó, desapareciendo entre la muchedumbre de gente que salía del trabajo.

La risita de JiMin me hizo mirarlo, al pobre ya sólo se le veían dos rayas por ojos de tanto reír y probablemente yo estaba igual, así que intenté respirar con normalidad mientras me enderezaba después de doblarme de la risa.

—¡Mardición gitana, pa' ti! —arremedó JiMin mientras me señalaba con el dedo antes de echarse a reír de nuevo—. ¡Qué miedo!, vieja loca...

Ah~, qué tarde... llorando de la risa para luego llorar de verdad al día siguiente.

Porque sí. Nada pasó esa tarde, ni en la noche, sino al maldito día siguiente cuando lo primero que vi fue verde y me espanté porque eso verde me mantenía envuelto y yo no podía quitármelo de encima, por más que me movía sentía que mi cuerpo no era tan ágil como antes y cuando me vine a dar cuenta y desperté por completo, descubrí que aquello verde era mi playera, la cual se había agrandado al menos doce tallas y yo estaba atrapado en ella, mis pequeñas manitas no me eran de mucha ayuda, ¿que si intenté gritar?, ¡claro!, pero mi boca tampoco ayudaba, lo único que salía de ella eran balbuceos.

¿Por qué?

¡Oh!, porque soy un bebé.

Las aventuras de BabyKook  |  YoonMin/KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora