capítulo tres

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Pov. Misael.

El conocerme para muchos es cosa digna de presumir, pero es que no todos conocen a mi verdadero yo, y es que ser el dueño de una de las más grandes cadenas de hoteles del mundo a los 25 años es un gran logro para cualquiera, todo lo que tengo lo he conseguido es a base de esfuerzo y trabajo, porque cuando niño en vez de jugar como cualquier otro yo me interesaba por estudiar y gracias a eso pude conseguir el gran imperio del que ahora poseo de la manera superficial tengo todo lo que cualquiera pudiera desear pero en el amor soy todo un asco y es que como cuando joven me tuve que privar de muchas cosas ahora quiero recuperar como quien dice todo ese tiempo perdido y es por eso que ahora me la paso de fiesta en fiesta y en cada una de ellas termino con alguna mujer de las cuales nunca recuerdo sus nombres, a mí madre nunca le ha gustado esa vida que llevo y es que el no ser como un niño normal fue mi decisión.

Hoy como todos los dias me levantó muy temprano y voy al gimnasio que tiene mi casa, pongo algo de música y subo a la caminadora y la programo. Después de un tiempo paro y me dirijo a mi habitación para poder darme un baño e irme a la oficina, una vez que terminó de bañarme me pongo uno de los tantos trajes a la medida que tengo esta vez optó por uno negro y una camisa blanca, una corbata a juego y mis zapatos negros, me peino, me pongo algo de colonia y ya estoy listo para el grandísimo día que me espera ya que hoy tengo una reunión con un arquitecto que se encargara se hacerme los planos para uno de los nuevos hoteles que estoy pensando en poner en playa del Carmen.

Bajo a desayunar y como siempre Esther ya lo tiene todo listo esta vez serán huevos con tocino y mi taza de café. Una vez terminado mi desayuno llevo los trastes al lavaplatos y me subo a sepillarme los dientes una vez listo bajo y me despido de Esther, subo a mi auto u conduzco hacia la oficina todo esta tranquilo y es que siendo las 6 de la mañana no hay mucho tráfico en New York lo que es raro luego de un 35 minutos llegó a mi empresa, saludo al guardia estaciono mi auto en su sitio y voy al elevador que hay aqui en el estacionamiento y marco el piso 8 que es donde se encuentra mi oficina, al llegar veo a Claudia que ya esta en su escrito trabajando la verdad es que es muy eficiente en su trabajo tiene la misma edad que yo y no es raro escuchar de que esta enamorada de mi y debo admitir que es una mujer muy bella y nos hemos liado una que otra vez pero eso es todo.

-Buenos días Claudia- la saludo mientras paso para ir a mi oficina.

-Buenos días señor Raine- dijo con cierto tono de coquetería en su voz.

-Sigueme por favor Claudia- seguí caminando y ella me alcanzó abrí la puerta para que entrara ella primero y luego yo.

-¿Que necesita señor Raine?- dijo mientras risaba un mechon de su cabello con un dedo.

-Necesito que prepares la sala de juntas para hoy en la tarde, también quiero que me traigas todos los documentos ya organizados que te encargue ayer, al igual de que prepares la sala de usos múltiples para al rato aproximadamente dentro de una hora y cuando llegue el arquitecto Rowell me avises y a el lo guíes hasta la sala de usos múltiples ¿Alguna duda?- pregunte mientras levantaba la vista de mi computadora.

-No ninguna señor Raine- contestó Claudia ya de una manera más profesional -Si no necesita nada más me retiro-.

Y dicho eso salio de mi oficina estaba revisando unos documentos cuando sonó el teléfono de mi oficina.

-Dime- contesté aun con la mirada en los documentos.

-Señor Raine me informan de la recepción que un tal señor Bustamantes desea pasar a verlo-.

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⏰ Última actualización: Jan 07, 2019 ⏰

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Una noche para el AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora