Una historia distinta ||AU|| Once Upon a Time

CAPÍTULO 1: "El comienzo."

La princesa cada vez crecía más, el bosque encantado ahora era un lugar pacífico gracias al matrimonio pactado para ella y uno de los Príncipes más populares de todos los reinos, pero algo no iba bien rogaba cada mañana por ser rescatada de esa carga tan pesada. Deseaba casarme por amor y no por obligación,  tener grandes aventuras, incluso podría enfrentar a un ogro con tal de no pisar el altar y ser desposada por un completo extraño; quería conocer los reinos, viajar y visitar a mis amigas Anna, Elsa, incluso a Rapulzel, tenía tiempo sin saber de ellas.

Conforme los días transcurrían más convencida estaba de luchar por los ideales planteados y así lo haría, entre los planes estaban huir la noche anterior a la celebración de compromiso, tenía ya todo preparado, un bolso con lo indispensable para estar abrigada en noches frías, algo de frutas y, por supuesto, aquel arco con flechas y espada que tanto le gustaban, escaparía y buscaría lo que siempre deseó tener.

La gran noche había llegado, usaba una caperuza azul que ayudaría a proteger la identidad y unas prendas harapientas que disimulaba aún más. Nadie sería capaz de reconocerla, o eso quería pensar. Rápidamente buscó la carta que tenía escrita para mis padres, ellos debían entender a su hija, era necesario que supieran lo mucho que los amaba y que todo lo hacía consciente de las consecuencias y pagaría por ello a su regreso. Dejó dicha carta sobre la cama, contemplando todo a su alrededor, cosas lujosas que jamás la hicieron feliz, la única felicidad era tener a sus padres y hermano, ambos héroes, aunque era momento de buscar la felicidad propia.

Escabullirse no fue sencillo, los guardias cuidaban el castillo continuamente pero conocía sus movimientos a la perfección, contando mentalmente asomó la cabeza en unos de los pasillos para cerciorarse de que el guardia estaba dormido como siempre, sonriendo burlona corrió a sabiendas de que eso no lo despertaría, así...valiéndose de esos conocimientos recorre cada pasillo hasta encontrar la salida que llevaba a la espesura del bosque encantado.

Tras una noche de larga caminata, el sol comenzaba a iluminar entre los árboles,  tan sólo se detuvo a hacer una ligera marca en el tronco del árbol, para evitar caminar en círculos, continuando su andar, estando segura de que la aventura que deseaba tener estaba bastante cerca, y no se equivocaba, pues la taberna que encontraría traería consigo a un misterioso hombre, que pronto conocería bajo el título de Capitán Garfio, que sin duda estaba destinado a estar en su vida de una u otra forma.

El que fuese en el pasado un simple y soñador Teniente de la Marina Real ahora ya no era más que un viejo recuerdo, ya nadie sabía de aquel joven o más bien sí sabían, algunos marineros sí conocían la identidad de aquel ex teniente pero nadie se atrevía a decir palabra sobre aquellos tiempos pues, ese joven para el resto del mundo ya no existía, el nombre de Killian Jones había sido sustituido por el de: Capitán Garfio.  

El Capitán no es que fuese malo o un villano, que para muchos sí que era pues estaba en cabeza de la lista de los más buscados por los mares, se le consideraba un saqueador, asesino y además alborotador. Pero claro, nadie iría en contra del Capitán Garfio, no cuando este gozaba de respeto entre los hombres y en cada puerto tenia gente que le informaba. Él era considerado alguien a quien temer si le pillaban enfadado, cosa que era casi siempre. ¿La razón? Haber perdido a la que creía el amor de su vida. Para él, su corazón había muerto el mismo día en el que le fuese arrebatada Milah, la mujer con la que compartía sueños y deseos de viajar por todos los reinos viviendo la gran vida pirata.

 Ahora, tanto el Capitán Garfio como toda a tripulación acababan de atracar en puerto después de haber pasado meses en alta mar. Traían una carga entera de pólvora además barriles de ron que debían de reabastecer, pasar tanto tiempo en el mar y además sin ron o alguna otra bebida alcohólica no era nada sano para piratas ya que eso solía ponerles de mal humor y crear peleas a bordo. El capitán leyó el nombre del puerto en el que estaban, y soltó una leve risa debido a la ironía del asunto. Estaban en "El Bosque Encantado" pareciera que ese sitio le tenía atrapado y no dejaba que éste olvidase. Una vez todo listo, dio la orden para que bajasen, se emborrachasen y se divirtiesen.

Él bajó al último y aún así llegó a ponerse en cabeza del grupo que iba a beber a la taberna. De inmediato, nada más verle, tanto otros marineros como algunas mujeres se percataron de él y su tripulación por lo que fueron a atenderles, servirles jarras de cerveza bien fresca, platos de alimentos y satisfacerlos de otras formas; después de todo, eran hombres que habían pasado meses en el mar y tenían... necesidades, además que siendo piratas podrían pagar mejor que cualquiera. Killian, quien sin duda destacaba por ser el más agraciado y con mejor aspecto de todos, se sentó a beber como solía hacer. Disfrutaba de la compañía de algunas mujeres que se interesaban en él y en sus historias pero no pasaban de eso. Por alguna razón esa noche no tenía ganas de jugar con ninguna de las bellas damiselas que estaban a su alrededor.

Acababa de pedir una nueva ronda de jarras con ron para todos cuando se distrajo por la aparición de una joven encapuchada por una caperuza azul, tan sólo se le veía que el cabello era dorado, no uno simple sino de un color precioso y bien cuidado, en todos los años que había atracado y llegado a esa taberna nunca vio muchacha similar, hasta parecía perdida o como si buscase algo sin saber el qué exactamente. Se bebió lo último que le quedaba en la jarra y fue con ella. Después de todo se consideraba un caballero en lo que a damas se refería, y si ella necesitaba ayuda... él podría brindársela.

- Preciosa, es que te has perdido o es que simplemente gozas el estar rodeada de piratas?-   Preguntó a la joven a quien aun no veía el rostro, pero de la que sin duda esperaba una contestación.