Capítulo diez

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-Hey Lena.

Me incorporo en el mismo prado de siempre, y como de costumbre, allí está él. Debajo de la gran sombra de un roble. Tiene la espalda apoyada en el tronco y la guitarra en las piernas, junto a su cuaderno de dibujo.

-Me has pillado divirtiendome un poco- ríe.

-¿Tocas la guitarra?

- Desde los cinco años, aunque tu no te acuerdes.- Pasa el dedo índice por las cuerdas, quisiendo reprimir el impulso a hablar más de esa época. Memoriza cada parte de la guitarra, sin levantar la vista de ella.

-¿Y qué dibujas?

Alza la cabeza de golpe, asombrado de mi pregunta. Observa su cuaderno, abierto por una página en blanco. Tiene los lápices de colores esparcidos por todo su alrededor, aunque no parece importarle demasiado el desorden.

- Te dibujaba a ti -Responde con una sonrisa divertida.

- A... ¿A mi? ¿Y por qué a mi?

Clava sus brillantes ojos en mi y sonríe.

- Tu no lo entenderías. -se queda unos segundos en silencio hasta que vuelve a hablar- Ven aquí.

Camino hacia su lado. Percibo su aroma suave y su calidez. Estar con él me hace sentir bien.

Empieza a tocar algunos acordes, una canción lenta y desconocida. Hasta que la reconozco. Cierro los ojos y apoyo mi cabeza en su ombro. La canción. La canción que pusieron en el entierro de mi padre.

Él deja la guitarra a un lado y me acerca a su cálido y fornido cuerpo, abrazandome. Yo, simplemente, hago lo mismo.

Quiero llorar. Recordar a mi padre es duro.

-Yo tambien le quería - Me susurra en la oreja.

Alzo la mirada y le sostengo la mejilla con el dorso de la mano. Memorizo su rostro. Labios carnosos y tiernos. Ojos brillantes y comprensivos. Su pelo revoloteado. Él. Tobias. Mi sueño.

- ¿Quién eres? - digo en un susurro casi inaudible.

I entonces, desperté.

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⏰ Última actualización: Jan 11, 2014 ⏰

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Y entonces, despertéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora