Capítulo 4: Decisiones

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Lamento no actualizar diario, pero he andado de fiesta (?) Jajaja

No soy buena dando escusas, ¿verdad? X3

Espero que les guste el capítulo :)

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Naruto estaba supervisando como estaban decorando el jardín, había pasado tres semanas en aquella casa en compañía de Sasuke, que no lo dejaba solo, según él para ver que el trabajo fuera perfecto.

En ese momento el rubio fue llamado por uno de los hombres, se acercó siendo seguido de un pelinegro que mantenía sus manos en los bolsillos de su pantalón.

—Naruto, necesitamos los documentos para saber cuántas mesas irán en la zona oeste y que familias se sentarán ahí —comentó sonriéndole.

—Claro dattebayo —dijo quitándose su mochila y poniéndola en el pasto —debe estar por aquí —decía revolviendo el contenido.

—Naruto, no la habrás olvidado en la bodega, ¿cierto? —dijo el chico mirando como el rubio volteaba a verlo con una risita nerviosa. —Tendrás que ir por los papeles, los necesitamos —dijo alejándose.

—Serás dobe —susurro el Uchiha sonriendo

—Ya te dije que no soy dobe —exclamó con las mejillas infladas

—Para estar más seguro te acompañare a la bodega, tal vez te pierdas y quien terminará esto —dijo haciendo que el ojiazul se levantará y acercará su rostro al del pelinegro.

Sasuke podía percibir el aliento del rubio, sus rostros estaban muy cerca, demasiado para él y la tentación de acortar la distancia era muy tentadora

—Deja de decirme así —susurro Naruto alejándose del ojinegro, éste al darse cuenta de lo que había estado a punto de hacer se sorprendió, pero percatándose de que el otro se alejaba lo siguió —. Deja de seguirme —exclamó el ojiazul.

—Tengo que comprobar que hagas bien el trabajo —sin importar lo que acababa de decirle continuo sus pasos —. Si vamos en auto llegaremos más rápido —dijo sonriéndole de medio lado.

—Sólo quieres molestarme... teme —dijo con el entrecejo fruncido volteando a verlo —pero tengo que traer esos documentos y Gaara no está... está bien vamos en tu auto —concluyo sonriéndole.

—Usurantonkachi, apúrate —dijo el pelinegro que ya estaba caminando en dirección a su auto.




Llegaron al estacionamiento de la plaza, ambos salieron sin dirigirse la palabra, el pelinegro no dejaba de ver de reojo al otro, y el rubio lo único que quería era alejarse de aquel chico que se estaba comportando raro.

Entraron a la tienda donde se encontraba Iruka, detrás de una laptop, donde introducía la información de los clientes.

– ¿Qué ocurrió Naruto? Pensé que regresarías hasta la noche –dijo el mayor percatándose de que el rubio no estaba solo

–Olvide unos documentos –dijo llevándose una mano a su nuca

–Los debiste de haber dejado en la bodega, porque yo estoy pasando unos y no están los de la boda Uchiha –informo mirando con resignación al ojiazul.

–Jeje debí de olvidaros cuando estaba buscando los archivos de Gaara –comentó dándose la vuelta topándose con la mirada de Sasuke –. No necesito que me sigas –susurro haciendo un puchero

–Podrías perderte hasta en una habitación –dijo con una sonrisa de medio lado.

Iruka miraba esa escena, el rubio jamás se había comportado así con alguien, bueno sólo con una persona, pero ahora se llevaban muy bien, pero en esta ocasión había algo más...

Encontrándote en mí caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora