Desde la oscuridad, debajo de mi cama, puedo recordar los cuentos que me narrabas después de cenar.
En plena madrugada me venías a despertar, me enseñabas las estrellas y... me hacías volar.
Desde esta habitación tan desordenada voy escogiendo los recuerdos que formarán parte de mí.
Y mamá ahora entiendo porqué él desorden te molestaba y a la abuela también, y en verano me castigabais.
De mis abuelos aprendí porqué brillan las estrellas y qué es lo que se esconde detrás de ellas.
De mis abuelos aprendí que envejecer no asusta si estas con los que te hacen feliz.
Me imagino siendo tú, cargando tantos años, marcado por la historia... con mis nietos por él barrio.
Me enternece verme así, tan similar a ti.
