videogames + jikook

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Eras aquello que llamaban arte, estético, perfecto, hecho a la medida, popular y atlético para finalizar.

Siempre venías a mi casa a jugar videojuegos por la tarde, a escasos minutos de que el sol se ocultase.

Era una rutina diaria, estaba acostumbrado, mi departamento era "acogedor", o al menos así lo describías cuando te cuestionaba por qué te empeñabas en venir.

Y ahí estabas de nuevo, sentado en tu sofá favorito de la sala, el televisor iluminaba tu rostro, lo pintaba de azul, el control yacía en tus manos, y te concentrabas en la partida.

Había latas de soda tiradas, palomitas regadas y unas cuantas rebanadas de pizza a medio comer sobre la mesa.

Lo único que hacía era mirarte, aprovechaba tu concentración en el juego para verte de pies a cabeza y preguntarme; ¿Qué hago aquí?

Yo, Jeon Jungkook, mirando a Park Jimin jugar videojuegos, pasando desapercibida mi presencia, siendo en este momento completamente invisible para él.

Podría mirarte todas las tardes el resto de mi vida jugar el mismo nivel, y seguiría sin creer el hecho de que estés aquí.

Porque aunque estés conmigo, sigues metido en ese videojuego.