C H A N G E S

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Con motivo de recibir el año nuevo bien en todos los aspectos, decidí hacer limpieza profunda en mi habitación y me llené de nostalgia al encontrar un viejo anuario donde hay fotografías de todas las personas a las que en algún momento consideré mis amigos. Y después de observar algunas, ahí estaba la tuya... Lucías más pequeño de estatura que yo, rellenito y sonriente; con las mejillas regordetas y tus pequeñitos ojos azules brillando detrás de los enormes anteojos que usabas. Debo reconocer que una lagrimilla se me escapó de un ojo junto con una risita tonta, a causa de que en esa misma fotografía enseñabas la lengua en mi dirección, mientras yo te enseñaba el dedo medio y una carcajada posaba en mi rostro. Ver esa imagen de ambos siendo nosotros mismos me hizo desear con todas mis fuerzas que todo volviera a ser como siempre había sido, y antes de que otra lágrima se me escapara decidí tomar mi celular y abrir la galería para comparar algo. Seleccione la última selfie que nos habíamos tomado, aquella que tú mismo habías capturado. Habías crecido tanto que ahora eras aproximadamente diez centímetros más alto que yo, sumamente delgado y aquel brillo de tus ojos había sido reemplazado por una mirada fría y hosca, mientras que tu antigua sonrisa ahora se había convertido en un casi invisible intento de esta, un tanto cretina y prepotente. Tus mejillas ahora lucían pálidas y habías reemplazado tus anteojos por unos lentes de contacto. El cambio en ti había sido realmente sorprendente. Me comentaste que te habías "renovado" tanto para agradarle a alguien, y cuando te pregunte quien era ese "alguien" te pusiste muy nervioso y me respondiste un tanto disgustado: "a nadie en especial, tal vez sólo me quiero gustar a mí". Supe que me mentías, querías gustarle a alguien. Alguien que claramente ya no era yo...    

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Publicado: 28-12-16